La Misericordia estrena iluminación exterior

Alumnos de la escuela taller impulsada por la DPZ cambiarán esta semana los fluorescentes por tubos de tecnología LED.

Fachada exterior de la plaza de toros de la Misericordia.
La Misericordia estrena iluminación exterior
José Miguel Marco

La plaza de toros de la Misericordia estrena iluminación exterior. Más de 300 fluorescentes -así como 200 lámparas de emergencia- están siendo sustituidos estos días por tubos de tecnología LED, con objeto de reducir notablemente el consumo eléctrico y la contaminación del medio ambiente.

Esta renovación del alumbrado forma parte de un proyecto formativo impulsado por la Diputación Provincial de Zaragoza, propietaria de la plaza de toros, que consiste en que 16 alumnos de una escuela taller acometan distintas mejoras en el edificio.

Los jóvenes, de entre 16 y 24 años, están divididos en dos grupos (albañilería y electricidad) y, tras haber acondicionado los aseos, se ocupan de la fachada. “Esta semana finalizarán los trabajos de transformación del iluminado exterior, que supondrán un ahorro eléctrico de alrededor de un 65%. Además, el cambio influirá en el medio ambiente, puesto que, cuando un tubo fluorescente se rompe, afecta negativamente porque contiene pequeñas cantidades de mercurio”, explica José Manuel López, director de una escuela taller que arrancó en diciembre de 2016 y se prolongará hasta junio de 2018.

“Al tiempo que ajustamos este emblemático recinto a los tiempos que corren, los chavales reciben formación teórica y práctica sobre diversas especialidades”, prosigue López, y ensalza que, gracias a una beca del Instituto Aragonés de Empleo -aporta un total de 217.000 euros- y al compromiso de la DPZ -invierte más de 300.000 euros-, los inscritos cobran el salario mínimo interprofesional y cuentan con el apoyo de monitores.

En total, a lo largo de la escuela taller, cada joven realiza 2.700 horas de formación: 900 teóricas y 1.800 prácticas. “Todos comenzaron con una formación común y, a partir de ahí, fueron aprendiendo a rehabilitar el edificio y a realizar las instalaciones de fontanería o electricidad. Cuando terminen con el alumbrado exterior, continuarán con los corrales y la zona de toriles”, completa López.

Otros espacios a rehabilitar son las taquillas y la enfermería. Las antiguas instalaciones eléctricas se cambiarán por cableados libres de halógeno, que en caso de incendio impiden la propagación tanto de la llama como de las emanaciones tóxicas. “Desde el ámbito pedagógico, esta actividad es muy positiva. Los chicos se esfuerzan y comprueban que su trabajo da frutos. En el Pilar, el público de la Misericordia percibió las mejoras en los lavabos y estoy seguro de que en las próximas ferias quedarán todavía más satisfechos”, concluye López.

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