Obsolescencia programada', el arte del no retorno

“Soy para ti obsolescencia programada. Mi cuerpo, mi alma, mis recuerdos, mi continente, mi contenido, mi coche, mi casa, mi lavadora y también mi piel”. Así se presenta la nueva exposición del Centro de Historias ‘Obsolescencia programada’, que se inaugura este jueves a las 19.00 y podrá visitarse hasta el 3 de diciembre. A través de la obra de ocho artistas, sus diferentes expresiones artísticas reflexionan sobre la inescrutable muerte del tiempo y la finitud como un concepto transversal que abarca desde la lavadora hasta la propia memoria.

Entre los artistas se encuentran cinco aragoneses como son los zaragozanos Nacho Blanco, Lalo Cruces y Alejandro Ramírez, cuyo arte aborda “lo que dejamos atrás” a través de los tatuajes ‘de por vida’, la vida útil del dinero y los objetos, y la pérdida de la memoria y con ella la identidad, respectivamente. Además, desde Monzón Lorena Cosba trae objetos personales de tres generaciones de su familia para expresar lo perecedero de la vida y del recuerdo, y el turolense Fernando Romero cuestiona la obsolescencia del cubo blanco como ‘display’ expositivo.

Por otro lado, la exposición muestra también las obras del pamplonés Rubén Blanco sobre cómo las redes sociales configuran las relaciones sociales; las esculturas degradantes y lánguidas del murciano Marín Guevara y los óleos sobre tabla de la alicantina Dayra Madrona sobre la muerte y la transmisión de la energía.