La Policía Nacional lleva más de una semana buscando a J. H. C., el primer delincuente que logra burlar las medidas de seguridad y escaparse de los calabozos de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza. Según fuentes consultadas por HERALDO, lo hizo arrastrándose por un falso techo tras mantener un vis a vis con su abogado para preparar la declaración ante el juez de guardia. El hombre, de unos 30 años y nacionalidad española, había sido detenido por un presunto delito de estafa y no parece peligroso. Sin embargo, su cinematográfica huida ha puesto en entredicho la seguridad de un moderno edificio inaugurado hace tan solo cuatro años y que se creía inexpugnable. De hecho, la Jefatura Superior de Policía y el Departamento de Interior de la DGA están investigando lo ocurrido para adoptar medidas y evitar que algo así pueda repetirse.

La fuga se produjo el pasado martes, 29 de agosto, pero nada había trascendido de la misma hasta la fecha. En cualquier caso, fuentes oficiales confirmaron ayer la noticia y explicaron que el delincuente sigue en busca y captura. Según fuentes de las investigación, el hombre se reunió con su abogado en una sala de seguridad equipada con una mampara de vidrio. Al concluir el vis a vis, el letrado abandonó su habitáculo, pero parece que dejó su puerta entreabierta. El detenido se percató de ese detalle y sin perder tiempo se encaramó al falso techo, cruzó al otro lado y se dio a la fuga.

Los calabozos de la Ciudad de la Justicia se encuentran en el primer sótano del edificio, por lo que el delincuente recurrió a la escalera de emergencia para subir al vestíbulo, donde se encuentran las salas de vistas donde se celebran los juicios. Consciente de que podían haber puesto en alerta a los agentes que custodian los tornos de la salida, el presunto estafador no dudó en abrir una de las puertas de incendio para alcanzar la calle. Se activó la alarma acústica, pero cuando quisieron darle alcance él ya estaba lejos.

Dentro de las salas donde los letrados se reúnen con los arrestados no hay cámaras de seguridad, por lo que los investigadores ignoran qué ocurrió durante el encuentro que precedió a la fuga. La última vez que un detenido logró huir del juzgado de guardia de Zaragoza fue en junio de 2013, cuando este se encontraba todavía en la plaza del Pilar. Entonces, el fugado amenazó de muerte a su compañero de celda para que, aprovechando el parecido físico, se hiciera pasar por él. Y nadie se dio cuenta del cambiazo hasta que el hombre llegó a la prisión de Zuera.