Dormir por 20 euros: un paseo por las pensiones zaragozanas

Los alquileres de pisos entre particulares y la bajada de precios de los hoteles hacen peligrar este tradicional modelo de hospedaje.

Se reparten entre edificios históricos y se esconden tras ajadas fachadas distribuidas por calles ubicadas por el centro o cercanas a la antigua estación de tren de Zaragoza. No quedan muchas pensiones, pero resisten a la crisis con precios muy económicos y un servicio limitado: alojamiento y baño (muchas veces compartido).

Según datos de la DGA, en Aragón hay 166 pensiones, 73 en la provincia de Zaragoza, de ellas 23 en la capital aragonesa.

Con el paso de los años y el estallido de la crisis, este tradicional modelo de hospedaje ha visto peligrar su continuidad al no poder hacer frente al auge de los alquileres entre particulares a través de algunas de las principales plataformas digitales como Airbnb o HomeAway, o a los bajos precios de hoteles y hostales de la capital aragonesa.

Además, las pensiones de toda la vida han visto variar mucho su público en los últimos 40 años, pero no han dejado de abrir sus puertas a todo aquel que necesite pasar la noche en Zaragoza, siempre y cuando no precise de lujos. “Esto no es un hotel de cinco estrellas”, reivindicaba la reconocida Milagros Aguirre hace unas semanas tras el ‘boom’ de sus respuestas a clientes insatisfechos. La Pensión La Ferrovial, ubicada en la calle Madre Sacramento, 63 es una de las más antiguas de la ciudad. “Yo creo que la más vieja, pero no puedo confirmarlo a ciencia cierta”, asegura su propietaria, quien lo regenta desde el año 1985.

En su caso, por tan solo 20 euros podemos disponer de una habitación individual con baño compartido durante una noche. A tan solo 110 metros de distancia se ubica la Pensión Fortea, con la misma oferta por tan solo 22 euros. Y siguiendo la ruta de las pensiones zaragozanas llegamos a la Pensión Corona, regentada por Rosa Calderón.

Aunque lleva a cargo del establecimiento, ubicado en la calle Corona de Aragón 10, desde hace 11 años, esta dominicana suma casi 30 dedicándose al sector en la capital aragonesa. “Llegué con 26 años y me alojé en la ya desaparecida Pensión La Dama. Entonces le dije a su dueña que si buscaba a alguien yo quería trabajar. A los cuatro días llamó a mi puerta y me dijo que sí”, rememora.

“Ha cambiado todo muchísimo, y es mucho más complicado salir adelante con tanta competencia. Si puedo mantenerme abierta es porque estoy yo sola, y muchos meses me toca pagar”, critica la propietaria, que califica su futuro de incierto. “Los hoteles tiran los precios porque pueden, a mí me resultaría imposible porque llego justa a cubrir los gastos”, destaca.

Actualmente ofrece 10 habitaciones con baño compartido. “Solo dormir”, recuerda. Como explica, el perfil de cliente es gente de paso -muchos extranjeros-, que viene sin pre aviso, y con una necesidad muy concreta. “El mes que crees que no viene nadie, te colapsas. Los mejores meses son de abril a julio, septiembre y las fiestas del Pilar aunque yo preferiría tener buena pernoctación todo el año”, explica Calderón.

Por tan solo 26 euros cualquier persona puede pasar una noche en una habitación doble con baño compartido, “34 si quiere baño individual, y 36 si es con cama supletoria”, indica. “El perfil de nuestros clientes es muy variopinto, vienen muchos obreros, parejas, estudiantes extranjeros mientras encuentran piso para el curso… algunos se quedan un par de semanas pero la mayoría uno o dos días”, asegura. Hace 20 años este perfil era algo distinto: “Recibíamos muchos trabajadores, militares y sobre todo parejas. Antes, la gente no se casaba tan rápido”.

Y aunque reconoce que de vez en cuando se topa con “clientes que pagan 20 euros y piden como si pagasen 80”, asegura que la mayoría de sus clientes son “encantadores”. “Hay mucha gente buena y la mayoría que vuelve a Zaragoza repite experiencia, es un público muy fiel que agradece una cama cómoda y un baño limpio por poco dinero”, concluye. algunos vienen por booking y luego regresan directamente porque están bien. Baño, cama y limpio.

De paso y casi sin previo aviso

“Los pisos de particulares y los bajos precios de los hoteles van a acabar con nuestro trabajo, tendría que haber un baremo de precios para limitar las tarifas según el tipo de alojamiento”, lamenta Fernando Molina; propietario desde hace más de 3 años de la Pensión Roma ubicada en la calle Duquesa de Villahermosa 4 donde comparte edificio con la Pensión Laborra.

Su oferta consta de 19 habitaciones divididas en dos plantas. En su caso, asegura que la mayoría de sus clientes son turistas (en torno al 70%) frente a un 20% de trabajadores. “El resto son parejas que vienen a pasar aquí la noche”, afirma.

Uno de los cambios que destaca el propietario es el perfil de acceso de sus clientes, “casi todos vienen a través de internet y sin previo aviso, ya que ahora muchas reservas se hacen prácticamente de un día para otro”, afirma. En su caso, desde 19 euros se puede conseguir alojamiento en una habitación individual con baño compartido, y una triple por 50 euros.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión