El polémico carril bici de Sagasta se presenta este lunes a los vecinos

Varias asociaciones auguran que la restricción del tráfico hacia Torrero puede crear problemas. Los ciclistas tampoco aprueban el plan del gobierno y piden que el carril vaya por la calzada.

Foto de archivo de un ciudadano circulando en bici por el centro de Zaragoza.
Un ciclista cruzando el bulevar de Paseo de Sagasta.
Oliver Duch

Si en su día fue el carril bici del paseo de la Constitución, ahora es el de Sagasta. La instalación de infraestructuras ciclistas en el centro de Zaragoza parece que va irremediablemente acompañada de polémica, especialmente por las restricciones que supone para el tráfico privado. En el caso de Sagasta, el gobierno municipal va a tener este lunes la oportunidad de explicar su plan –en el Laín Entralgo, a las 19.00– a los vecinos y colectivos del distrito Centro que, de entrada, no parecen muy receptivos a que se restrinja la circulación por esta arteria zaragozana.

El carril bici de Sagasta pretende encauzar la circulación ciclista de barrios como Torrero, La Paz y la parte alta de San José. Ante la alta intensidad del tráfico en la calzada, las bicicletas tradicionalmente han utilizado –y siguen usando mayoritariamente– el bulevar central. Pero la generalización de las bicis y las sentencias judiciales que prohibían su presencia en esta zona peatonal han hecho recomendable la construcción de una vía ciclista.

Sin embargo, el plan de ZEC parece no satisfacer a casi nadie, ya que la junta de distrito, los comerciantes y los vecinos del Centro se han posicionado en contra del proyecto tal y como se ha redactado, y hasta los propios colectivos ciclistas critican el diseño escogido. Las principales asociaciones de Torrero –uno de los barrios más afectados– esperarán a mañana para posicionarse.

Tras los informes técnicos que encargó, el gobierno ha optado por un carril bici bidireccional y zigzagueante: en el tramo más cercano a la plaza de Paraíso se instalaría en la calzada de entrada al centro, es decir, junto a El Corte Inglés. Más adelante, a la altura de Lagasca, cruzaría al lado contrario –junto a la sede de la CHE–, y obligaría a convertir los dos carriles para vehículos en un carril bici y otro para el transporte público. Una vez superada la avenida de Goya, se instalaría en el bulevar hasta llegar al paseo Cuéllar.

La asociación de vecinos Puerta del Carmen –como ya hicieran los comerciantes y la junta de distrito del Centro–, se posiciona en contra porque en el carril bici "hay mucho giro", y porque el cierre del tráfico privado entre Lagasca y Goya "es problemático", según explica Carlos Terrer, su vicepresidente. Hay que tener en cuenta que se desviaría por calles como Lagasca, Arzobispo Domenech o Goya, que aumentarían más de un 150% el número de vehículos que soportan. De hecho, no se descarta que haya que eliminar algunas filas de aparcamientos para que las dos primeras calles –de un solo carril de circulación y muy estrechas– puedan asumir el incremento de vehículos.

Los ciclistas lo ven "difícil"

Curiosamente, el proyecto de carril bici de Sagasta no acaba de convencer tampoco a los ciclistas de la ciudad. El colectivo Pedalea ha hecho un completo informe en el que critica un diseño que califica de "difícil" y que hace complicado "que sea visto como un lugar atractivo para el fomento de la bicicleta entre personas no habituales". En definitiva, creen que la opción elegida por ZEC "se queda corta" y que "no cumple con el principio de continuidad que debe tener toda infraestructura ciclista".

Por ello, hacen una propuesta diferente, que consiste fundamentalmente en construir un carril bici bidireccional que transite permanentemente por la calzada en sentido Torrero, lo que supondría una restricción del tráfico –en este caso parcial y no total– también más allá de la avenida de Goya. Además, Pedalea ha hecho propuestas sobre los enlaces de este carril bici con el de la avenida de Goya y con la isleta central de la plaza de Paraíso.

Este y otros colectivos tendrán la oportunidad mañana de exponer sus objeciones en el Laín Entralgo. Pero, ¿se les hará caso? En este sentido hay dos precedentes, y son una de cal y otra de arena. Así, el gobierno no hizo excesivo caso a los vecinos del paseo de la Constitución –que llegaron incluso a interponer un recurso contencioso administrativo– pero sí amoldó su proyecto para el carril bici de Violante de Hungría, después de que los residentes en la zona denunciaran que no se había contado con ellos.

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