El próximo 11 de julio se cumplirán dos años del incendio presuntamente intencionado de la residencia de ancianos de Santa Fe, en Cuarte de Huerva, que se cobró la vida de nueve residentes y causó lesiones a otras nueve personas. Para entonces, la acusada de provocar el fuego de manera deliberada, María del Carmen A. S., de 64 años, ya conocerá el veredicto del tribunal popular que desde hoy comienza a juzgarla en la Audiencia Provincial de Zaragoza por los hechos acaecidos aquella noche.

La Fiscalía le acusa de nueve delitos de homicidio, cuatro de lesiones y uno de incendio y pide para ella una condena de 62 años de prisión, así como indemnizaciones que suman unos 400.000 euros para los familiares de las víctimas y 73.404 euros para la aseguradora RGA, que ya ha adelantado esa cantidad a la dueña de la residencia, María Isabel D., y en 3.050 euros a esta última. Según el fiscal, de todas estas cantidades deberá responder directamente la acusada. Subsidiariamente tendrá que hacerlo la propietaria del centro y, de forma solidaria con esta, la aseguradora Fiatc hasta el límite de 300.000 euros.

No obstante, las acusaciones particulares personadas en la causa en nombre de las distintas víctimas solicitan penas mucho más severas e indemnizaciones más elevadas. Es el caso de la abogada Xenia Cabello, que califica los delitos como homicidios agravados por la vulnerabilidad de las víctimas y pide 135 años de prisión (15 por cada fallecido) y tres años por cada tentativa de homicidio respecto a las personas que sobrevivieron. En cuanto a la indemnización, solicita 40.000 euros para la familia de su cliente. O, por ejemplo, el letrado Ricardo Agoiz, que reclama 138 años de prisión por el homicidio de cuatro de sus clientes y la tentativa de otros cinco, y una compensación económica que ronda los 175.000 euros.

Conocía el alcance de sus actos

Los escritos del fiscal y las acusaciones particulares coinciden en el relato de los hechos aunque estas últimas inciden en que la mujer, a pesar de estar incapacitada judicialmente para gestionar sus bienes, sabía lo que hacía y conocía el alcance de sus actos. Hacen hincapié en que era consciente de que sus compañeros dormían cuando causó el incendio, que la mayoría tenía limitadas sus capacidades físicas o psíquicas ?(algunos estaban sujetos a las camas) y no podían ponerse a salvo.

En concreto, las acusaciones mantienen que sobre las 23.30 María del Carmen A. S. se hizo con un mechero, subió a la primera planta y pegó fuego al colchón de una habitación desocupada. A la mujer le constaba que en esos momentos había 17 residentes. Un cuarto de hora después, cuando el fuego había prendido y el humo llenaba las plantas superiores, le dijo con frialdad a la cuidadora que había fuego, salió al jardín y se sentó en una mecedora. La empleada –la única que había en la casa– intentó apagar el fuego pero no lo consiguió. Pero entre ella, dos vecinos y dos polícías de Cuarte salvaron a los ancianos de la planta baja. El resto, murió.

El juicio estará presidido por el magistrado de la Sección Tercera José Ruiz Ramo, empieza hoy y está previsto que se prolongue hasta el día 26, si no hay ningún imprevisto.