Las barbas vinieron para quedarse

Las licencias de peluquería aumentan en un 30% en tres años debido, en parte, al fenómeno de las barberías.

Bruno Monkey Barber
Bruno Monkey Barber
C.I,

Lunes por la mañana. En la barbería ‘Bruno Monkey Barber’, su dueño, Bruno López, comienza a tener complicaciones para hacer un hueco en la agenda. “Te puedo intentar coger el jueves a las 19.00”, responde a su interlocutor. A sus 30 años, y tras media vida en el sector de la peluquería, en febrero de 2016 se decidió a montar su propio negocio. “Me he dedicado a la peluquería mixta durante 14 años por cuenta ajena pero tenía ganas de probar”, explica.

Por ese motivo, abría su local en la calle Santa Isabel donde se ubicó durante muchos años la peluquería ‘Carmen’. Eso sí, ofrece un concepto de barbería muy distinto al actual y al tradicional. “En las grandes superficies se ha perdido el trato personal, aquí el protagonista es el cliente, que busca un lugar tranquilo y un espacio en el que desconectar”, asevera.

En su barbería, cada corte puede prolongarse durante más de 40 minutos, una hora si se incluye la barba. El precio oscila entre los 13 y los 19 euros. “Podría hacerlo en 10 minutos pero no es el concepto. Ya no es solo cortar, es el cuidado, el tratamiento, la hidratación de la barba... El hombre se cuida mucho más”, afirma López. “Hace unos años se pensaba que iban a desaparecer, pero no. Las barbas vinieron para quedarse”.

El zaragozano Javier Mesones lo tuvo claro desde el principio. El fundador de Passaró en la capital aragonesa asegura que apostaron por este concepto de estética masculina “hace más de 30 años”. Actualmente, la cadena cuenta con 32 salones de caballeros en España, de los cuales 22 se ubican en Zaragoza. Precisamente coincidiendo con este ‘boom’, en 2013 introducían el concepto ‘Old barber’ en la ciudad con su centro de Rausan, en Alfajarín.

Su actividad gira en torno a la formación en el campo de la estética masculina, la cual aseguran es “la gran olvidada del sector”. “Es un fenómeno mundial del que fuimos pioneros en España. Detectamos que los hombres empiezan a cuidarse y demandan una serie de servicios que no encuentran en los salones mixtos. Los conceptos tradicionales ya no sirven”, asegura.

“Hace unos años, cuando íbamos a las ferias de peluquería de Madrid o Barcelona éramos unos bichos raros. Ahora eso ha cambiado y el 50% se centra en peluquería femenina y el resto para caballeros”, añade. Por otro lado, Messones asegura que se está dando un importante cambio de tendencia en el consumo y en el tipo de cliente de las peluquerías actuales.

Un claro ejemplo de ello son las visitas registradas durante el pasado mes de abril en su salón del Centro Comercial Utrillas. “Tuvimos 660 clientes, 460 hombres y 200 mujeres. Además, según el último estudio del sector realizado por Loreal en España, el ticket medio de la mujer baja así como el número de visitas anuales”, explica Messones.

En los últimos años, el ticket medio de la mujer ha descendido hasta los 20 euros -en lugar de los 30 en los que se situaba antes de la crisis-, y las visitas anuales se sitúan en 9 frente a 11. “En el caso del hombre, el ticket medio aumenta de 11 a 12 euros, así como las visitas que se sitúan en 9 al año. Y esta tendencia se mantiene”, asevera.

Tan solo en los últimos dos años han proliferado este tipo de locales en la ciudad. Según el empresario, esta podría ser una de las explicaciones del aumento de las solicitudes de licencias para salones de belleza y peluquerías en Zaragoza, que crecieron en un 30% el pasado año con respecto a 2013. Según los datos del Ayuntamiento de Zaragoza, en 2016 se tramitaron 120 frente a las 92 de hace 4 años.

Además, otros factores que han jugado un papel importante en este sentido han sido los jugadores de fútbol, “que se han convertido en ídolos de la moda y de los más jóvenes”, indica; además de que se trata de un negocio “relativamente barato”: “Abrir un salón de caballeros ronda los 20.000 o 30.000 euros, tan solo necesitas un local de 20 a 30 metros cuadrados”.

Resistir en la peluquería femenina

Tras una crisis económica que se cebó con el sector, debido en gran parte a la subida del IVA del 8 al 21% que tuvieron que soportar a partir de 2012; las peluquerías tradicionales se vieron obligadas a asumir parte de este incremento provocando el cierre de muchos locales.

La Peluquería Sombras lleva más de 30 años en el barrio de las Fuentes. “Seguimos trabajando, pero menos. En nuestro caso nos encontramos en un barrio en el que está envejeciendo la población y eso también se nota”, asegura Tere Bueno. La peluquera señala a la moda del “hágalo usted mismo” como una de las grandes competencias: “Ahora con una plancha cualquiera se puede hacer algo en casa. Lo que más nos piden es color”.

Por eso, diferenciarse ha sido la clave de muchas de estas peluquerías mixtas, como el caso de Larhibi estilistas. “Optamos por ofrecer productos sostenibles y no químicos basados en la Ayurveda, una medicina curativa tradicional de la India”, explica Lara Pérez. “En los últimos años ha bajado todo mucho y para sobrevivir los salones han recortado gastos en formación, empleados, material de trabajo... y todo esto repercute directamente en la calidad de los servicios, y el cliente lo nota”, asevera.?

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