Un barrio con hospital de primera y consultorio del siglo pasado

La antigüedad de algunos servicios en San Gregorio son las principales reivindicaciones de sus vecinos.

En su origen el barrio de San Gregorio era muy pequeño. Conforme han avanzado los años se ha expandido. Esto ha repercutido en algunos aspectos, como en la trama de vertido y de agua de boca. “Las tuberías son muy estrechas, cuando hay lluvias torrenciales se nos inundan los garajes”, comenta Casilda, una vecina que vive en el barrio desde que nació.

Otra de las consecuencias de su origen se refleja en la iluminación. “El alumbrado público tendrá medio siglo. Son postes de cemento que en muchas calles los ubicaron en mitad de la acera, lo que dificulta el paso con carros o sillas de ruedas”, explica José Antonio Hernández, alcalde del barrio.

La restauración del consultorio es otra de sus reivindicaciones. “El edificio es de los años 50 y necesita una ampliación”, señala su alcalde.

Herminia, vecina de la calle Buenos Aires desde hace 58 años apunta que “muchas veces derivan las citas a los centros de salud de Parque Goya o al Hospital Royo Villanova”.

La presencia de edificios públicos, como el anatómico forense, genera mucho tráfico. “Tampoco hay espacios acondicionados para aparcar”, afirma Casilda y apunta que “tal vez podían alargar la línea del tranvía”.

En relación al transporte público, los vecinos reclaman una mayor frecuencia de los autobuses porque en algunos casos “hay que esperar hasta media hora” concluye Casilda. Así, aunque San Gregorio esté a diez minutos del centro, se puede tardar en llegar cuarenta.

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