Un paseo por los tesoros más curiosos de la Universidad de Zaragoza

La institución cumple 475 años y lo celebra con una muestra de parte de su patrimonio material y humano en el edificio Paraninfo.

Allá por el año 1588 las calles que rodean la catedral de La Seo se convirtieron en el escenario de un gran desfile formado por carrozas y músicos con motivo de la lectura de la tesis del jurista Carlos Montesa. Este y otros detalles aparecen recogidos en un escrito original del por aquel entonces rector de la Universidad de Zaragoza, Pedro Torrellas, dirigido al mismísimo fundador de la institución, Pedro Cerbuna.

“El desfile, formado por ocho carros triunfales con alegorías y más de 300 personas con música, disfraces y tarascas, partió de la Universidad hacia el Mercado, y regresó por la plaza de la Seo”, señala el texto. Este y otros muchos objetos curiosos aderezan la muestra que reúne parte del patrimonio material y humano de la Universidad con motivo del 475 aniversario de la concesión por el emperador Carlos V del privilegio para que el Estudio General de la ciudad tuviese rango universitario.

La muestra ‘Historia, conocimiento y patrimonio’, que desde esta misma tarde y hasta el 15 de julio podrá visitarse en las salas Goya y Saura del Edificio Paraninfo, esta distribuida en dos apartados. Uno de ellos contiene materiales originales vinculados al proceso de creación de la Universidad de Zaragoza, como el original de una bula papal de Sixto IV de 1474 o el primer plano del proyecto de la fachada principal del Paraninfo de Ricardo Magdalena dibujado a mano en la parte trasera de un sobre. “Se trata de un primer boceto realizado por el arquitecto municipal cuando recibió el encargo de diseñar la facultad de medicina y ciencias”, explica Juan Carlos Lozano, comisario de la exposición junto a María García Soria.

“Entre las joyas que se exponen contamos, por ejemplo, con el cuadro de la musa Calíope, pintado en París 1876 y que representa una alegoría de las letras. Se encontraba en el antiguo Paraninfo en la plaza de la Madalena junto a otra pieza del mismo artista, una alegoría de las ciencias, que no se conservó”, explica Lozano.

Un recorrido por la historia de la Universidad de Zaragoza

El comisario ha asegurado que tan solo han recogido el testigo de sus antecesores y destaca la importante labor de conservación realizada a lo largo de estos casi 500 años: “no hubiera sido posible sin esas personas que han procurado preservar la memoria de la universidad y enriquecerla”. Una labor capitaneada por el rector Jerónimo Borao (Zaragoza, 1821 - 1878), quien también recibe un homenaje en la exposición. “Ahora es una obligación pero en el siglo XIX  tuvo esa visión de futuro”, señala.

En cuando a la segunda sala, está dedicada a los recursos docentes históricos utilizados en la universidad a finales del siglo XIX y principios del XX a través de una selección de 140 objetos “de los 3.000 que tenemos catalogados”, indica García, comisaria de la muestra. Se trata de materiales y aparatos empleados en la investigación y docencia como maquetas anatómicas de distintos animales, microscopios, balanzas o material de disección.

“Sabemos que las clases empiezan en 1583, sin embargo, la aparición de la tecnología no llegaría hasta el siglo XIX. Al principio trabajaban con libros y grabados realizados por los propios profesores”, asegura García. Entre las joyas de este segundo espacio se encuentra la reproducción de 12 de las 49 láminas del ‘Atlas de Cajal’ fechadas entre 1877 y 1879. “En ellas se sustentaban sus clases de medicina”, apunta.

Otra de las piezas claves es el ‘Caballo Clástico’ del doctor Auzoux, una de las 200 maquetas anatómicas y de las más antiguas de la colección que data de mediados del XIX. “En aquella época fue una revolución debido al material en el que se realizó (papel maché) ya que era más fácil de manipular debido al peso. El caballo, realizado a escala natural, consta de más de 250 piezas que los estudiantes debían montar y desmontar durante su examen”, añade la comisaria.

También pueden observarse maquetas vegetales y botánicas, microscopios de 1870 y un proyector de 1912 que, según García, es una muestra de los avances tecnológicos de la universidad por aquella época. “La UZ estaba a la última y prueba que se iba comprando material, del que también exponemos algunas facturas y comprobantes de compra", concluye.

La mujer en la historia de Universidad

En un apartado de la exposición dedicado a personajes ilustres de la historia de la institución, llama la atención la figura de una mujer, en este caso de la lexicógrafa zaragozana María Moliner. En general “destaca la tardía incorporación de la mujer a la universidad, tanto como alumnas como doctoras o profesoras”, señalan los organizadores.

La exposición incluye un audiovisual que recoge algunos nombres de estas pioneras de los estudios universitarios como Áurea Lucinda Javierre, primera licenciada de la Universidad, en este caso en Filosofía y Letras en el año 1917; Sara Maynar Escanilla, primera licenciada en Derecho en 1929; Amparo Poch, primera licenciada en Medicina en 1929; Carolina Jiménez Butigieg, licenciada en Matemáticas en 1930 o Carmen Alquezar, licenciada en Filosofía y Letras en 1932.

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