Alergia a la alternaría: la gran desconocida

No es la más frecuente -tan solo afecta al 8% de los alérgicos- pero sí una de las más agresivas.

El doctor Jesús Pola, uno de los médicos encargados de la Estación de Polen de Zaragoza.
Alergia a la alternaría: la gran desconocida

A pesar de no tratarse de una de las más conocidas, ni mucho menos de las más habituales, este hongo llamado alternaría produce una de las alergias más agresivas que se conocen en la actualidad. Se calcula que de entre todos los alérgicos, alrededor del 8% son sensibles a este hongo.

“En 2004 decidimos comenzar a medir su presencia en la ciudad de Zaragoza y nos ha sorprendido mucho su desarrollo”, explica el doctor Jesús Pola, uno de los médicos encargados de la Estación de Polen de la capital aragonesa desde hace más de 20 años. Según los datos recogidos en estos últimos 13 años ha habido una gran variabilidad, recogiendo un volumen de esporas de 289 en 2004, mientras se registraban 8.776 en 2016.

Se trata de un hongo ambiental que, cuando parasita a un vegetal provoca la aparición de unas manchas oscuras en las hojas de los árboles que pueden alcanzar hasta 1 centímetro de diámetro. Sin embargo, cuando se trata de medir su reacción en las personas puede producir reacciones alérgicas caracterizadas por “rinitis o episodios de asma muy severos”, según informa el doctor Pola.

“Su estudio y seguimiento nos ha permitido comprobar la existencia de una relación causa-efecto entre la cantidad de alternaría presente en la atmósfera y la sintomatología de los pacientes”, asevera Pola.

Este hongo tiene dos formas de vida, el micelio, que normalmente parasita vegetales; y la espora, que surge cuando ya no existe humedad en el entorno –en el momento que se ha secado la hoja, por ejemplo- y se liberan para parasitar a otro vegetal a través del aire. “Sería en este preciso momento en el que se produciría la reacción alérgica en el ser humano a través de la inhalación de estas esporas al aire libre”, señala Pola.

Según el experto, en verano suele aumentar la incidencia de este tipo de alergia, aunque su ciclo depende de las condiciones ambientales. “Está siendo un año estándar para la alternaría cuyas mayores variaciones dependen, sobre todo, de factores climáticos como el calor, la cantidad de lluvias y la sequía”, añade Pola.

Existe un caso concreto de ‘asma ocupacional’ que se corresponde con la temporada de cosecha del cereal. “En las cañas de este producto existen altos índices de alternaría, por lo que se desprende en grandes cantidades al tiempo que se producen episodios de asma en aquellas personas que entran en contacto con ese ambiente”, añade el doctor.

Además, este tipo de hongo también se encuentra en ambientes interiores húmedos como bodegas en los que aparecen “una serie de manchas negras de moho que se corresponden con el micelio de la alternaría”, resume el experto.

Imposible de controlar

Según los expertos, se trata de “un tipo de alergia imposible de controlar”, sobre todo por su estrecha relación con la estacionalidad. Por eso, advierten, es muy importante evitar -dentro de lo posible- su inhalación. Por supuesto, el cierzo también juega un papel fundamental en este sentido ya que ayuda a trasladar estas esporas por el aire.

Guillén, vecino de Zaragoza, padece de este tipo de alergia desde los 11 años, cuando le fue detectada en unas pruebas de alergia rutinarias. “Lo peor es que es impredecible, no es como un polen que tiene unas etapas fijas y sabes más o menos cuando te va a atacar”, explica. El joven de 23 años padece también alergia a los ácaros del polvo, las gramíneas y el olivo.

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