El reproche de un ciclista a un motorista que decidió usar el carril bici para situarse delante de dos autobuses que estaban parados en un semáforo en rojo de la plaza de Aragón acabó con el primero rodando sobre la calzada. Porque parece que al conductor de la motocicleta no le sentó bien la advertencia y unos metros más adelante hizo una maniobra que provocó la caída del ciclista en Gran Vía. La víctima aseguró desde el primer momento que fue derribado de forma deliberada por el motorista, que le arrinconó contra la acera, se cruzó delante y frenó en seco. Y lo mismo opina la Fiscalía, que pudo ver lo sucedido gracias al vídeo que grabó otro ciclista con una cámara deportiva y ha decidido pedir año y medio de prisión para Francisco J. F., al que además de un delito de conducción temeraria atribuye otro de lesiones.

Los hechos se produjeron sobre las cinco de la tarde del pasado 25 de octubre en pleno corazón de la capital aragonesa y provocaron un enorme revuelo en las redes sociales, en las que el vídeo de la caída se hizo enseguida viral. El ciclista, Fernando Z. C., que se personó en la causa como perjudicado, pide también año y medio de prisión para el motorista. Sin embargo, a diferencia del ministerio fiscal, su abogada acusa de un delito de lesiones dolosas y no por imprudencia. Lo hace porque, como su cliente, considera que lo ocurrido no fue un simple accidente, sino la consecuencia de una acción premeditada.

En cualquier caso, por si una vez celebrado el juicio el magistrado encargado de dictar sentencia no lo ve claro, la acusación particular propone que se condene al motorista a tres meses de cárcel por lesiones imprudentes.

El juez no ve omisión de socorro

A la hora de presentar su escrito de calificación, la letrada de la víctima atribuyó también al motorista un delito de omisión del deber de socorro. Porque aunque el ciclista se puso enseguida en pie y no revestía lesiones graves, el conductor de la motocicleta se desentendió de lo ocurrido y continuó la marcha. Sin embargo, a la hora de dictar el auto de apertura de juicio oral, el juez instructor ha entendido que no procedía incluir la omisión de socorro, ya que no existen indicios de que el perjudicado "quedara en grave situación de desamparo, como requiere el tipo penal".

Además de las penas de cárcel, las acusaciones exigen que el causante del percance se haga cargo de los daños que sufrió la bicicleta y el casco del denunciante, valorados en 168 euros. En caso de condena, a estos habrá que añadir la indemnización correspondiente a las lesiones y secuelas de la víctima. Pero estas no podrán concretarse hasta que el ciclista se recupere por completo, ya que hace unos días fue visto por el forense y todavía está sometiéndose a sesiones de rehabilitación por cervicalgia en la clínica de la MAZ.

Según el ciclista que grabó el vídeo de la caída, que circulaba en paralelo por el carril bici del bulevar de Gran Vía, la víctima se levantó enseguida y comenzó a dar gritos pidiendo a la gente que cogiera la matrícula de la moto. Lo que ignoraba en ese momento es que un testigo había grabado toda la secuencia de los hechos con su cámara. En cualquier caso, el propio autor del vídeo y otros ciclistas salieron tras el motorista sin llegar a darle alcance.

Declaró que no se dio cuenta

Las imágenes del testigo fueron determinantes para localizar al motorista, ya que en estas se veía con claridad la matrícula de su vehículo. De hecho, gracias a ellas, la Policía Local pudo consultar sus ficheros y dar con el propietario, al que telefonearon para que acudiera al cuartel de La Paz. Una vez allí, sin abogado, porque entonces aún no se le imputaba ningún delito, el hombre reconoció que había tenido un enfrentamiento verbal con un ciclista. Sin embargo, negó tajantemente haber maniobrado para hacerle caer e incluso haber sido consciente del accidente sufrido por el denunciante. Versión que supuestamente mantendrá en el juicio, para el que aún no hay fecha.