Las molestias acústicas y la limpieza, quejas recurrentes el año pasado en las Delicias

Problemas con baldosas, árboles, molestias por ruidos, estado de las calles, plagas… Todo cabe en la base de datos del servicio de propuestas y denuncias medioambientales que la Asociación de vecinos Manuel Viola de las Delicias puso en marcha ya hace casi dos décadas como parte de un proyecto medioambiental pionero entonces entre los colectivos de la ciudad. “Entendemos el medioambiente como todo aquello que nos rodea en el entorno, por lo que la información que recogemos a través de este proyecto nos sirve para realizar también una radiografía del barrio”, cuenta Silvia Ortín, técnica de la asociación.

Desde entonces, en la sede de la agrupación han recogido todas las denuncias y demandas que los vecinos de las Delicias han querido trasladarles para, después, hacerlas llegar a la Junta de distrito o registrarlas en el Servicio de quejas y sugerencias del Ayuntamiento de Zaragoza.

En 2016, cifran en unas 60 las denuncias recibidas a través de este sistema, si bien “hay unas cuantas que se contabilizan como una pero que se repiten en número”. Entre quienes se personan en la asociación para formalizar sus proposiciones y sus quejas, “muchos son ciudadanos que no tienen acceso a internet, aunque también vienen jóvenes y adultos que optan por esta vía por creer que sus demandas tendrán más fuerza realizadas por medio del colectivo en lugar de individualmente”, señala Ortín.

El estado de las aceras en tramos de la avenida de Navarra y la petición de rehabilitación del Jardín Vertical, indican, fueron dos de las cuestiones recurrentes el año pasado, transformadas a su vez en reivindicaciones históricas por las que trabajó la AVV. Tampoco faltaron quejas por ruidos y molestias acústicas ligadas a diferentes bares del barrio. “Los vecinos se quejan por los ruidos, la música…”, resume la técnica del ente, quien subraya que la configuración urbanística de algunas zonas, con calles estrechas y carencia de aparcamientos, por ejemplo, favorece que se produzcan este tipo de molestias cuando la gente se congrega en los locales.

Otro de los asuntos que generó controversia es la limpieza de las calles. Además de denuncias sobre la concentración de basura y bolsas alrededor de contenedores, hablan también de la presencia de heces de perros en las aceras. “Es una cuestión de civismo. Nosotros hemos realizado campañas de promoción de la limpieza, pero se trata de un problema que el Ayuntamiento también debería abordar de alguna forma”, explican desde la sede del colectivo Manuel Viola. “Aquí tenemos pocos espacios verdes y muchos perros, por lo que se ven bastantes excrementos en la calle. Además, la orina de los animales termina desgastando mobiliario, paredes… y hace que el aspecto del barrio parezca sucio”, añade Ortín.

Las quejas por la retirada de los maceteros de la calle Delicias, por la “cantidad de basura que se concentra los domingos en las papeleras o la falta de vegetación” en la misma vía y en puntos adyacentes, además de la necesidad de repoblación de árboles en alcorques vacíos de zonas como la calle Escoriaza y Fabro, forman parte también de la nómina de denuncias que llegaron en 2016 a este servicio de propuestas y denuncias medioambientales.