La dolina de Valdefierro supera los 5 metros de profundidad y los vecinos temen que haya más
El centro del hundimiento está en un solar de topografía compleja en el que se levanta un parquin. Las tres familias desalojadas no regresarán a sus casas hasta que pueda garantizarse su seguridad.
Es un problema de fondo "que no se arregla con parches". La aparición de una dolina de unos cinco metros y medio de profundidad en el número 33 de la calle del Obispo Peralta, en Valdefierro, ha alarmado a los vecinos, que temen que se abran más.
El centro del hundimiento, de acuerdo con José Luis Simón, catedrático del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza y vecino del barrio, está a unos 40 o 50 metros. Concretamente, en el parquin que se está construyendo junto a la calle de Capricornio, cuya complicada topografía es allí de sobra conocida. "En un radio de 50 metros hay al menos dos parcelas en estado de ruina y viviendas deshabitadas con daños severos", indicó.
El lunes acudió al bloque afectado horas antes de que desalojaran a las tres familias, que solo pudieron recoger enseres imprescindibles. Allí comprobó que entre cuatro y cinco metros de la casa habían quedado "en el aire" tras el desprendimiento, que dejó al descubierto parte de los cimientos. El socavón, según sus cálculos, mide alrededor de 4x4 metros.
El edificio ha sufrido episodios similares en otras dos ocasiones y está construido sobre una plancha de hormigón que, pese a haberse visto afectada, ha contribuido a que no haya daños materiales de mayor gravedad en el interior. Simón no descarta que puedan abrirse nuevas dolinas en ese radio de 50 metros y no se atreve a asegurar si el arreglo será sencillo. El desencadenante no está claro. Podrían ser "las lluvias de los últimos días o las obras del parquin", entre otros factores.
El Ayuntamiento confirmó que se ha abierto un expediente administrativo y que los vecinos no volverán hasta que pueda garantizarse su seguridad, sin poner fecha al regreso. Asimismo, dictó una orden con medidas cautelares y notificó los avances a las familias para que puedan ir trabajando con el arquitecto. Tras comprobar in situ los desperfectos, trabajadores municipales supervisarán las obras para asegurar el cumplimiento de la providencia.
Mariano Cortés, vocal de la asociación de vecinos Aldebarán de Valdefierro, considera que la zona debería recibir un tratamiento especial. Aunque descarta hundimientos, teme que viviendas cercanas lleguen a desequilibrarse. "A unos metros del parquin, una casa se vino abajo. Al lado, otra está en proceso y podría terminar de caerse cualquier día", argumentó.
Esta, según los vecinos, es la primera vez que se desaloja al número 33, donde años atrás se alzaba una nave que terminó derribándose. "Un camión llegó a quedarse atrapado y tuvieron que venir con máquinas a sacarlo", dijeron. Muchos temen que las obras del aparcamiento, que ayer se reanudaron con normalidad, abran nuevos socavones. Simón consideró que, pese a que no es seguro que haya una relación, los trabajos deberían parar por prudencia. No obstante, fuentes municipales recordaron que los técnicos tuvieron en cuenta todos los riesgos potenciales.
