Somos Manada Mixta, una gran familia de acogida terapéutica

Rut y Swen tiene ocho perros de acogida en su casa. Junto a ellos organizan terapias de ayuda para ancianos con alzhéimer.

Somos Manada Zaragoza
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Somos Manada

Ruth, una aragonesa de 44 años, y Swen, alemán de 42, han llevado su pasión por los perros más allá de lo esperado. Lejos de tratarlos como simples mascotas de compañía, esta pareja afincada en Zaragoza convive con ocho canes en casa. Esta convivencia entre humanos y perros ha dado lugar a la Asociación Somos Manada Mixta, encargada de difundir la valía de los perros más ancianos así como de aprovechar sus virtudes en terapias con pacientes que padecen alzhéimer.


Esta aragonesa alberga en su casa a todos aquellos perros de avanzada edad que nadie quiere. “Hay que dejar muy claro que yo no me dedico a adiestrar perros, los rehabilito”, asevera esta aragonesa, que actualmente tiene en su casa a ocho perros.


Los refugios y perreras cada vez están más saturados y miles de perros al año son abandonados sin poder ser atendidos como se merecen, por ello, este matrimonio quiso hacer algo por cambiar las cosas: “Estos centros bastante hacen. Están saturados y los perros viejos o con problemas también necesitan un hogar. Nosotros los atendemos en casa, les enseñamos a sacar el perro que llevan dentro, no buscamos adiestrarlos y que sigan nuestras órdenes”.


Somos Manada Mixta tiene como finalidad tres objetivos claros. Dar cobijo a todo esos perros 'abus' -como la propia Ruth les llama- perros con miedo -que sufren traumas o patologías-, dar a conocer “la sabiduría que estos perros aportan” y realizar terapias con ellos “ya que tienen mucho que ofrecer”, asevera esta educadora de perros.


Cuando se acoge a una mascota en el núcleo familiar hay que enseñarle una serie de costumbres y normas que deben adoptar y para ello se necesita mucho tiempo y dedicación, que a veces se puede ver ralentizado si estos animales sufren algún tipo de trauma. “Vivir en una manada mixta entre humanos y animales es un puente para los perros con miedo. Cada perro es un individuo y como tal trabajamos con él conforme a sus necesidades, así que los observamos y conectamos”, explica. De esta manera, comienza una serie de terapias para enseñar a los animales a afrontar sus miedos y a superarlos, todo a través de vínculos emocionales.


Y es que para esta aragonesa crear conexiones con los animales es lo más importante: “Creo en el lenguaje de las energías y es lo que genero con ellos. Sé cuando el animal va a morir y nunca me he equivocado, lo veo en su comportamiento y en lo que me transmite”.


La avanzada edad de los perros hace que estos sean la última opción en las perreras a la hora de ser adoptados. Muchos padecen enfermedades y dolencias que suman un coste adicional a su mantenimiento. “Cualquier perro, hasta el mas joven, puede morir en cualquier momento. Sin embargo, los perros 'abus' transmiten mucha sabiduría”,explica esta aragonesa.


Este maridaje germanoalemán asegura preferir a los perros más ancianos a pesar de lo que ello conlleva. No hace mucho viajaron hasta Sevilla para recoger a un perro con muchos años al que le quedaban pocos días de vida: “Queríamos que muriera en un hogar”. Lejos de lo esperado, el animal, con una buena alimentación y cuidados, sigue formando parte de la manada.


El matrimonio compagina su pasión por los animales con sus trabajos habituales, ya que el mantenimiento de ocho perros en casa no solo supone una gran inversión económica, sino estar en constante contacto con los veterinarios. “Cuando uno de los 'abus' tiene alguna enfermedad o está apunto de morir estamos en contacto con los veterinarios para ver qué pasos debemos dar”. Explica Ruth.

Terapias con enfermos de alzhéimer

Esta aragonesa ha sabido llevar más allá la sabiduría y compañía de estos perros y trasladarla a las residencias de ancianos con enfermos de alzhéimer. Junto a terapeutas y trabajadores sociales intentan focalizar la atención de los afectados por esta enfermedad y centrarla en los perros. “Estos animales tienen algo que les ayuda. Siempre controlamos el estado de los perros y sé cuales puedo llevar a las terapias y cuáles no. Hay algunos que alborotan mucho pero otros ayudan a los ancianos a concentrarse”, cuenta Ruth.


Las sesiones se llevan a cabo una vez al mes en la residencia zaragozana de la Fundación Rey Ardid, desde donde aseguran que los resultados de la visita de los perros 'abus' son evidentes. “Las reacciones más llamativas han sido en los casos de deterioro cognitivo más grave”, explica Natalia Tomás, animadora de la residencia.


El alzhéimer provoca que muchos de los ancianos que se encuentran en la residencia hayan dejado de hablar por el avanzado estado de la enfermedad. Sin embargo, las reacciones ante la visita de los perros son alentadoras. “Muchos de los ancianos de la residencia los buscan con el tacto, enfocan su atención hacia ellos y sienten el instinto de cogerlos como si fuesen bebés. Los que aún mantienen algo de lenguaje se dirigen hacia ellos y es visible la paz que transmiten", asevera la animadora.


Estas terapias han puesto de manifiesto una realidad, la ayuda que los perros pueden aportar al ser humano. "Algunos de los ancianos que más agitación presentan, tras la visita, terminan de pasar la mañana sin apenas alteración", explica Tomás, que asegura que "gracias a ellos dos señoras con alzhéimer avanzado han llegado a comunicarse y tener una conversación e interacción entre ellas”.


Ruth siempre tienen en mente nuevos objetivos y para ella sería un sueño poder utilizar estas terapias en otras situaciones. “Me gustaría poder llevar a uno de mis perros una vez al mes al hospital a visitar niños con cáncer o trabajar con mujeres maltratadas pero he visto cómo me cerraban muchas puertas”, explica a la vez que solicita que se permitan más terapias de este tipo.Donaciones

Ruth y Swen gastan al mes unos 800 euros en el mantenimiento de la manada. “El gasto es únicamente en comida y medicamentos. Para que la gente conozca nuestra labor pero también nuestra inversión, publicamos en Facebook los gastos y pedimos que hagan donaciones”, cuenta Ruth, ya que todos los gastos son sufragados por la pareja.


Gracias a las donaciones o a las compras a través de la tienda solidaria que han creado, consiguen poco a poco pequeñas ayudas simbólicas que les ayudan a sacar adelante esta iniciativa que para ellos no tiene precio.

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