"No he engañado ni al banco ni al cliente, en todo caso a mí mismo por confiar en cosas"

El exdirector de una sucursal de Banesto en Mequinenza acusado de estafar a decenas de personas dice que fue engañado y que no se llevó dinero.

José Miguel F.F., juzgado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
José Miguel F.F., juzgado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Efe

El exdirector de la sucursal de Banesto en Mequinenza, José Miguel F.F., juzgado por estafa, ha declarado que el banco le engañó, que todas las operaciones que realizó contaban con su anuencia, que nunca se llevó dinero y que los clientes, que eran "amigos", conocían las operaciones que se hacían.


Este lunes, se ha celebrado la primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza contra este hombre, como presunto autor de los delitos de estafa, falsedad en documento mercantil y apropiación indebida y para el que el fiscal pide un total doce años y medio de cárcel por presuntamente estafar a decenas de clientes.


El exdirector de la sucursal ha reconocido los hechos que se le imputan, pero ha insistido en que actuó con la conciencia de hacer "el bien a todos" porque todos los clientes eran amigos suyos y de contar con el visto bueno de la entidad.


La Fiscalía le acusa de estafar entre 1995 y 2005 a decenas de clientes, por un perjuicio valorado en cerca de un millón de euros, que habían depositado su confianza en él y de idear un plan dirigido a obtener un "ilícito enriquecimiento" mediante operaciones financieras no autorizadas con fondos de sus clientes que utilizó a su arbitrio.


Manipulación de créditos de clientes a beneficios de terceros, confección de libretas de ahorro a máquina que no coincidían con la contabilidad del banco o la emisión de falsos documentos de inversión con intereses elevados para captar víctimas son algunas de las operaciones de las que se le acusan.


El exdirector, que trabajó durante 32 años en la oficina de Mequinenza, donde había otros cinco empleados y que contaba con 2.000 clientes, ha incidido en que tenía la conformidad del banco para desarrollar estas operaciones y que tenía que cumplir objetivos "hora a hora".

Ha acusado a la entidad de "no responderle", por lo que "abrió los ojos" ya que el banco era "su vida" y hubiera "matado por él".


"No he engañado ni al banco ni al cliente, en todo caso a mí mismo por confiar en cosas", ha dicho José Miguel F.F., quien ha reconocido operaciones que hizo "mal" y por las que lleva arrepintiéndose "once años".

Además ha indicado que propuso a Banesto dimitir, cuando todo salió a la luz, "si ningún cliente salía perjudicado" y ha aseverado que firmó en "blanco" y la entidad puso después lo que quiso.


Sí ha negado haber falsificado firmas y haber dicho una cosa a los clientes y luego haber hecho otra cosa y ha culpado a la entidad de ahorro de obligar a los clientes a cancelar fondos antes de tiempo porque "había un culpable a quien señalar" y de hablar de rendimientos pero no de capital en los productos que ofrecía.


El acusado, que ha asegurado haber actuado como un gestor y de conseguir subvenciones agrarias para clientes que nunca las habían solicitado, ha definido su actuación al frente de la entidad como la de un "pardillo y un tonto" por hacer, por ejemplo, traspasos de fondos de un cliente a otro, y de haber sido un "gilipollas" porque su función era "de director de todo" ya que no vivía "más que para eso", por lo que la oficina funcionaba y se metía "en todos los fregados".


Ha concluido que "nunca tuvo afán de engañar" y que el 90 % de los clientes de la sucursal "no han sido perjudicados en nada".

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