Condenado a 9 años de prisión por ocultar a su pareja que tenía el virus del sida y contagiárselo

La Audiencia le obliga a indemnizar con 200.000 euros a la víctima por la angustia que le ha generado de por vida. Reprocha al acusado su silencio y que nunca adoptara ninguna precaución.

Condenado a 9 años de prisión por ocultar a su pareja que tenía el virus del sida y contagiárselo
Condenado a 9 años de prisión por ocultar a su pareja que tenía el virus del sida y contagiárselo
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Nueve años y un día de prisión, diez años de alejamiento y una indemnización de 200.000 euros. Esa es la pena que la Audiencia Provincial acaba de imponer al zaragozano Pedro Lostal Casas por ocultar a su pareja que tenía el virus del sida y acabar contagiándoselo. Al tribunal no le ha temblado la mano a la hora de condenar al acusado, pero es que ninguna justificación encuentra a su perversa y temeraria conducta. Primero, porque en ningún momento advirtió a la víctima –una persona a la que supone que quería y con la que tenía incluso planes de boda– del enorme riesgo que corría al mantener relaciones sexuales. Y segundo, porque ni siquiera se molestó en utilizar preservativo o adoptar algún tipo de precaución para evitar transmitirle una enfermedad de semejante gravedad.


A la hora de concretar la condena, la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza ha tenido en cuenta tanto los argumentos de la Fiscalía como los de la acusación particular, ejercida por la letrada Marina Ortiz en nombre de la perjudicada. Porque si bien ha impuesto al procesado los nueve años y un día de prisión que pedía el ministerio público (en lugar de los 12 que exigía la letrada), ha elevado la indemnización a 200.000 euros (el doble de lo propuesto por el fiscal). "Procede fijar como responsabilidad civil la cantidad solicitada por la acusación particular al estimarse correcta habida cuenta el estado (...) que presenta la víctima, así como la angustia que le genera la incertidumbre del resultado que puede motivar la evolución del virus infectado", dice la sentencia.

Lesiones dolosas

Pedro Lostal manifestó durante el juicio que ignoraba que pudiera contagiar el virus, puesto que ni siquiera se consideraba un enfermo. Pero este argumento carece de validez para los magistrados, que insisten en que el acusado "tenía pleno conocimiento de la posibilidad de que se produjera el resultado de graves lesiones y el alto grado de probabilidad de que realmente se ocasionaran (...), máxime cuando ni siquiera utilizó preservativos".


Durante la vista, la defensa sacó a colación que la víctima trabajó durante un tiempo en un hostal de la localidad de Caudé (Teruel) donde se ejerce la prostitución, circunstancia que no ha pasado por alto el tribunal. "Es cierto que el hostal es calificado por la Guardia Civil como club de alterne (...), pero frente a esto, no hay dato objetivo alguno del ejercicio (de la prostitución ) por la víctima. Es más, aparece contratada para otros menesteres mediante el oportuno contrato", dicen.


La Audiencia recuerda además que la víctima se enteró "por casualidad" de que su pareja tenía el virus del Sida desde 2009, ya que él se lo negó incluso cuando ella le dijo que al donar sangre le habían detectado el VIH.

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