No me chilles que no te veo

El alumbrado público de Zaragoza estuvo hace un siglo en la cuerda floja. Se barajó incluso pedir a los vecinos que restablecieran por su cuenta la luz en las calles. Y HERALDO estaba ahí para contarlo.

Hace 100 años, en Zaragoza, la luz de gas para los ciudadanos a pie de calle significaba alumbrado público... y estuvo amenazado. El Ayuntamiento había fijado una prórroga de pago con la Compañía de Gas que vencía el 1 de noviembre y, ante la posibilidad de que este pago no llegara, la Compañía avisó que podría dejar las calles a oscuras...o dar servicio fuera de contrato y cobrar ese gas como creyera conveniente. El conflicto se agravó a finales de septiembre de 1916 cuando dimitió la Comisión del alumbrado y se buscó un acuerdo incluso en el Ministerio de la Gobernación. Hubo quien quiso trasladar a los ciudadanos la responsabilidad de alumbrar sus calles cercanas. A finales de octubre fue llegando carbón de Mieres y la Sociedad General Azucarera cedió a la Fábrica del Gas 100 toneladas del carbón almacenado en sus depósitos de Zaragoza y 80 a la Compañía del Norte, cantidades que significaban el abastecimiento por diez días.


Extracto publicado el 23 de septiembre de 1916:


La Comisión del alumbrado desestima en su escrito la moción del señor Gracia por considerar poco decoroso para el Ayuntamiento el exigir a los vecinos que se pongan por su cuenta el alumbrado en el caso de que en el mes de noviembre, en que termina el plazo del contrato con la fábrica del Gas, no hubiera luz en Zaragoza.


Sería vergonzoso para el Ayuntamiento -decía el señor Calvo- que vayamos a exigir a los vecinos la instalación de la luz eléctrica en la vía pública. Eso no debe consentirlo el Ayuntamiento porque medios tiene la Municipalidad para que no falte luz en las calles sin obligar al vecindario a que establezca el alumbrado por su cuenta. Eso, decorosamente, no lo puede hacer el Ayuntamiento y yo, como miembro de Ia Comisión del Alumbrado, me opondré en absoluto con mi voto.


Intervino en el debate el señor Banzo quien, adhiriéndose a los razonamientos expuestos por el señor Calvo, censuró con energía la actuación del gobernador civil en el asunto del alumbrado, cuya autoridad –dice- será el único responsable si Zaragoza no tiene alumbrado en plazo brevísimo.


Extracto publicado el 27 de octubre de 1916:

Autoridades y corporaciones se habían ido acostumbrando a los avisos y aldabonazos del director de la fábrica del Gas.


- Que no hay carbón más que para un mes. Que dentro de treinta días, agotadas las existencias, la población se quedará a oscuras porque es preciso reducir el alumbrado público.


- Dios proveerá, replicaban todos, y se acudía a los hilos del telégrafo para implorar el envío de unas toneladas de combustible con que hacer frente al conflicto.


Ahora va de veras eso de quedarse la ciudad a oscuras.

Ayer por la mañana visitó al alcalde el director de la fábrica del Gas. La conferencia fue detenida y recayó exclusivamente en el conflicto planteado. El señor Tertre fue claro y rotundo en sus manifestaciones.


Avisó al alcalde que solamente había carbón en la fábrica del Gas hasta el sábado por la noche. Espera recibir de aquí a ese día dos vagones de carbón, pero estos dos vagones se consumen en cuarenta y ocho horas. Es decir, que el conflicto surgirá definitivamente el lunes de recibirse el carbón o el sábado si no llegan esos dos vagones a Zaragoza. Para el caso es lo mismo si no hay medio de evitar que la población se quede sin luz.


Pero tuvo además la conferencia una segunda parte, tan importante como la primera y es que desde el 1 de noviembre próximo se encarece el gas en Zaragoza, costando, a partir de dicho día, treinta y ocho céntimos el metro cúbico. Así lo anunció el señor Tertre al alcalde para que la subida de precio no coja de sorpresa al Ayuntamiento.


El director de la fábrica del Gas ha reclamado el apoyo del Ayuntamiento y del gobernador civil para que vengan a Zaragoza las toneladas de carbón necesarias con objeto de evitar la reducción en el alumbrado público, teniendo en cuenta que es de todo punto imposible suprimir el gas a los particulares e industrias.


El señor Salarrullana llevará el asunto a la sesión de esta tarde para que el Ayuntamiento acuerde lo más procedente. Desde luego la gravedad del conflicto es de las que no admiten dilaciones ni cruzamientos de brazos. Hace falta carbón y este producto es preciso traerlo a Zaragoza con la mayor rapidez posible. 

Anoche recibió el señor Zabía un telegrama del gobernador de Oviedo, contestando a otro dirigido por la mañana. Este despacho dice: "Contesto telegrama V. S. relativo envío carbones participándole que fábrica de Mieres dice que de 10 vagones que tiene de la compañía Gas Madrid ha enviado ya cuatro a Zaragoza y sucesivamente irá enviando uno diario a contar del 27, no pudiendo remitir más por escasez de aquellos”.


Es verdaderamente incomprensible lo que viene ocurriendo en Zaragoza con este asunto del carbón. Meses hace que se viene anunciando el conflicto que llega ahora a su fase más crítica. Casi a diario han dado cuenta los periódicos de conferencias, de entrevistas, de gestiones encaminadas a impedir que el conflicto estallase. Promesas no han faltado; pero en promesas se nos ha ido el tiempo y hemos llegado al momento de lo irremediable. Por de pronto, dentro de pocos días el Ayuntamiento y el vecindario habrá de pagar el fluido con un sobreprecio del treinta por ciento largo. Y puede ser que ni aún este sacrificio baste para evitar que el conflicto estalle con toda su fuerza. Cuando pensamos en estas cosas una gran tristeza nos embarga. […]


(Noticia de Hemeroteca recopilada por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón

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