"Quería que mi perra tuviera una vida mejor"

A sus 70 años, María Ángeles Abad, ya jubilada, compite con un perro rescatado al que el 'agility' le ha cambiado la vida.

María Ángeles Abad, de 70 años, con sus dos perras en la plaza de los Sitios de Zaragoza.
María Ángeles Abad, de 70 años, con sus dos perras en la plaza de los Sitios de Zaragoza.
P. B. P.

Lluna, un border collie de ocho años, llegó a la vida de María Ángeles Abad por casualidad. Su portero quería adoptar una mascota, y ella lo llevó a la perrera de Movera para rescatar a un perro abandonado. Los traumas que arrastraba el animal impidieron que este se acostumbrara a su nuevo hogar; y la convalecencia de su dueño por enfermedad lo empujó a los brazos de su actual compañera, que por entonces vivía ya con otra perra rescatada de Vitoria.


"Le habían dado una vida muy mala… Lo cogimos de cachorro con mucho miedo: se escondía y no se acercaba a nadie, ni siquiera a otros perros. Cuando íbamos a pasear se metía a la fuente de la plaza de los Sitios para protegerse del ruido", recuerda esta zaragozana, ya jubilada, que en una ocasión tuvo incluso que meterse a una tubería para sacar a su mascota en brazos. "Al mínimo ruido se me escapaba, y al principio salíamos del ascensor a rastras y llegaba a la calle temblando", relata.


La situación empezó a cambiar cuando María Ángeles y Lluna conocieron el 'agility' en un curso del Club L’Almozara, en 2012. "Los tres primeros días no podía hacer nada. Quería ser invisible porque le asustaba tanta gente y tanto perro, pero poco a poco empecé a tirar de ella hasta que perdió ese pavor", confiesa. David Molina, adiestrador de este club zaragozano, había sido alumno suyo en el Instituto Pedro de Luna, en la Magdalena, y les ayudó a superar juntas ese bloqueo inicial que presentaba su nueva mascota. "Para mí, lo más bonito de este deporte es que lo puede hacer cualquier persona con cualquier perro. El mejor ejemplo de ello es el de María Ángeles, de 70 años, y Lluna, uno de los perros rescatados más complicados que hemos tenido", reconoce este experto que concibe la educación canina en el centro como una 'escuela para padres' en la que más importante que enseñar al perro es formar a las personas para que aprendan a educarlos.


Los beneficios del 'agility' para el dueño y su mascota

El 'agility' es un deporte que ayuda al perro a ganar confianza, y a medida que estos van venciendo obstáculos, se vuelven más intrépidos y crecen cada día. "Esta disciplina es vital para este tipo de perros, porque por muy bien que los queramos cuidar, si no les ayudamos a subir la autoestima no van a salir de ese bloqueo inicial que tiene la mayoría", añade Molina, quien advierte del problema de abandono que en consecuencia afrontan muchos de ellos. "Al ser perros tan complicados, los hay que vuelven a ser abandonados o llevados al centro de protección animal. Un perro al final es como una persona, se tiene que sentir realizado, y si uno hace actividades con él para que se sienta así, van a coger una estabilidad que es totalmente imprescindible y beneficia a ambos", subraya.


María Ángeles, por su parte, reconoce que el 'agility' le ha cambiado la vida a su mascota, pero también a ella le ha traído cosas buenas. "En mi caso, por la edad, hacer ejercicio me ha ayudado mucho. Aquí conoces gente que te ayuda a hacer mejor las cosas. Empecé con 65, y aunque siempre había hecho deporte, creo que esta disciplina es lo que me mantiene así de activa", confiesa la intrépida dueña de Lluna.


Hoy entrenan juntas hasta cuatro días por semana y si algún día no van al club, aprovechan para salir al parque e idear sus propios juegos. "Ahora lo único que quiere cuando la saco a la calle es la pelota. Es increíble porque al principio cuando la cogí no sabía jugar con ningún perro, y si no lo hacía yo no quería", afirma.


Su debut en 'agility' fue en marzo de 2013 y desde entonces asegura que no han abandonado esta disciplina que tanto divierte a ambas. "A mí me gustaba el 'agility' y quería que mi perra tuviera una vida mejor, pero este es un deporte muy beneficioso para mucha gente: desde niños con problemas a personas mayores que están solas o en residencias. Los perros se convierten en un compañero de vida y son un aliciente, por todo el cariño que les coges", concluye esta zaragozana, ya jubilada, mientras pasea por Zaragoza con sus dos mascotas.


- Más información sobre el campeonato de 'Agility' de Zaragoza.


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