Los vecinos de Valdefierro siguen reclamando una solución para el Buen Pastor

“Cada vez está más deteriorado y cada vez costará más darle usos públicos y sociales a este espacio”. Así resume Jesús Picazo, integrante de la Plataforma por la recuperación del antiguo reformatorio del Buen Pastor, ubicado en Valdefierro, el escenario que rodea a este edificio, titularidad del Gobierno de Aragón, sobre el que denuncia una “dejadez manifiesta” por parte de las administraciones: “Los vándalos arrancaron cables y radiadores, hay pintadas y muros rotos… cuanto más tiempo esté en desuso, peor”.

Antes del verano, los diferentes colectivos del barrio transmitieron al Gobierno autonómico su plan de necesidades para el Buen Pastor, que incluía siete puntos, con el objetivo de comenzar a entrar en el edificio, ir ocupando el espacio y realizando actividades. “Se les pidió que se dotase de luz y de agua y, el resto, ya lo iríamos haciendo nosotros. Sin embargo, no sabemos si no quieren o si están dejando pasar el tiempo”, señala Picazo, miembro de la AVV Las Estrellas, que afirma que el Ejecutivo aragonés no está actuando y que no se ha producido prácticamente ningún avance durante el último año. “Hay importantes necesidades que satisfacer, tanto en Valdefierro como en otros lugares como Miralbueno, Rosales del Canal o el barrio Oliver”, puntualiza.

Mientras, desde el barrio aseguran que son numerosos los jóvenes que entran al espacio y que suben al tejado de la edificación con el peligro que conlleva. “Hemos tenido que llamar a la Policía un par de veces y, una de ellas, había varios menores en la techumbre del edificio. En verano entran muchísimo: suben y bajan, pintan y hacen grafitis...”, relata Juliana Algaba, presidenta de la Asociación Vecinal Aldebarán, quien apunta que algún día ocurrirá una desgracia en el entorno.

Las propuestas de la plataforma, que agrupa a colectivos vecinales, deportivos, culturales y sociales de Valdefierro, para el antiguo reformatorio –ubicado en el Alto Carabinas, que posee más de 37.000 metros cuadrados, además de la superficie exterior- contemplan la instalación de una residencia de mayores y centro de día, u otras opciones como la construcción de un instituto o una escuela infantil, así como espacios de uso vecinal. Igualmente, “queremos que se abra la zona exterior a los vecinos, pues si entrásemos allí, la situación cambiaría”, indica Algaba, que reivindica, como ejemplo, el poder hacer uso de sus campos de fútbol y baloncesto. Para ella, la mejor manera de vigilar y cuidar el edificio es hacerlo a través de la gente del barrio, pero “eso tampoco ha llegado a ser una realidad”.

Las agrupaciones tienen claro que en septiembre volverán a la carga y, tras la manifestación que llevaron a cabo el pasado mes de marzo, no descartan nuevas movilizaciones a corto plazo. “Esperamos poder tener una cita el próximo mes con la DGA, pero vamos de uno a otro sin encontrar una solución. Estamos muy desilusionados porque la contestación siempre es la misma, que no hay dinero”, argumenta la presidenta del colectivo vecinal Aldebarán de Valdefierro.