Las piscinas madrileñas tendrán su Día sin Bañador, una jornada en la que, quien así lo quiera, podrá pasearse, tomar el sol y darse un baño como dios le trajo al mundo. En Zaragoza, el Ayuntamiento ya se planteó en 2015 que alguna de las piscinas municipales de la ciudad permitiera el nudismo, pero ante la polémica desatada, la idea quedó olvidada. De hecho, desde la Concejalía de Vivienda y Deporte, que gestiona estas instalaciones municipales, han asegurado este martes que “por el momento” el Ayuntamiento no se plantea abrir las piscinas a los amantes del naturismo.

La decisión municipal no ha sorprendido a quienes practican el nudismo en la Comunidad. Desde la Asociación Aragonesa de Naturismo (ANAR) admiten que, de aprobarse una medida como la de Madrid, “en Zaragoza estaríamos dos nudistas y mil personas mirando”. Pilar, la presidenta de la asociación –que prefiere no dar su apellido, porque no todo el mundo entiende su afición por el nudismo-, cree que en la capital española “hay más gente y más apertura de mente”.

No obstante, ellos han intentado buscar un espacio donde poder bañarse desnudos. Hace unos años se plantearon un acuerdo con el Club Náutico para disponer de su piscina en exclusividad durante dos horas a la semana. El alto coste de la propuesta hizo que el proyecto no terminara de cuajar.

Por eso, este verano, harán "lo de siempre: nos iremos a Tarragona”, asegura Pilar. Allí, en la provincia vecina, hay varias playas en las que puede practicarse el nudismo sin trabas y que son los puntos de referencia para los naturistas aragoneses. Entre las más concurridas, la presidenta de ANAR destaca la playa del Torn, en Hospitalet de l’Infant. Pero hay más: Cala Fonda y La Savinosa, en Tarragona; Els Muntanyans, en Torredembarra, o la playa de Calabeig, en Altafulla.

La provincia catalana es el gran punto de referencia, pero también en Aragón hay lugares para los amantes de la desnudez. En Zaragoza se puede ir al río Gállego, entre San Juan de Mozarrifar y Villanueva de Gállego. En Teruel, está el río Ulldemó, en Beceite. Y en Huesca hay varios puntos: el río Aigüeta, en Barbarruéns; el río Bellos, en el cañón de Añísclo; el pantano de la Sotonera; el barranco de Paternoy, en Santa María de la Peña; el río Ara, en Bergua y cerca de Jánovas; el río Chate, en Broto; el río Aragón, a las afueras de Jaca; las pozas de Belsué, en la Sierra de Guara, y el río Alcanadre, en Angüés.

No son punto donde específicamente se permita el nudismo, pero según explica Pilar, son zonas poco transitadas que los naturistas frecuentan y en las que no tienen problemas de convivencia con los otros usuarios que prefieren usar bañador.

Y para el que quiera playa y brisa del mar, además de Tarragona hay mucho donde elegir. España tiene casi 500 playas en las que se puede practicar el nudismo. Solo hay que buscar en las webs de las asociaciones naturistas del lugar que vayamos a visitar “o preguntar en las Oficinas de Turismo, donde siempre conocen las playas nudistas”, asegura Pilar. Con bañador o sin él, el objetivo es el mismo: disfrutar de sol, de las olas y conseguir un bonito bronceado.