La gestora inmobiliaria Peñatelera ha adquirido el edificio de la calle Alfonso número 41 de Zaragoza para convertirlo en apartamentos turísticos. El inmueble, que requiere de una reforma integral, se encontraba a la venta desde hace un tiempo, y había despertado el interés de varios inversores.

Finalmente ha sido esta empresa aragonesa la que se ha hecho con la propiedad, con la intención de abrir “entre 9 y 12 alojamientos”, señalan los compradores. El inmueble está catalogado por su interés arquitectónico, por lo que el proyecto de obras deberá respetar las condiciones patrimoniales y de conservación que imponga el Ayuntamiento de la capital aragonesa.

“Estamos gestionando los permisos necesarios para la reforma, porque está en ruinas, pero al estar catalogado se trata de un proceso muy controlado”, comentan desde la inmobiliaria. Por ejemplo, habrá que dotarlo de ascensor y respetar las fachadas. El edificio cuenta con tres plantas de viviendas y dos de locales comerciales y oficinas. Precisamente, en la planta situada a pie de calle se ubicó la centenaria tienda de moda La Campana de Oro, un referente en la ciudad que cerró sus puertas en enero de 2014.

Ese es uno de los principales activos del inmueble, aunque las perspectivas de negocio de los futuros apartamentos turísticos en una ubicación tan céntrica han sido la principal apuesta. “El lugar es fantástico para ese tipo de negocios, que además atraen a un cliente de nivel medio-alto”, comenta María Pilar Martínez, presidenta de la Asociación de Comerciantes del sector Alfonso.

Desde el Consistorio explican que, en estos casos, el procedimiento habitual incluye la visita de los técnicos del área de Urbanismo para acotar las posibilidades de reforma. A continuación, se presenta el proyecto, y finalmente es la comisión municipal de Patrimonio la encargada de dar el visto bueno.

Una calle en continuo cambio

Con esta nueva incorporación, la calle Alfonso continúa con un proceso de conversión que desde hace unos años ha ido cambiando su fisionomía. Históricas tiendas como Almacenes Florida, Derby o la propia La Campana de Oro han ido cerrando sus puertas como consecuencia de las jubilaciones, el precio de los locales y los nuevos modelos comerciales.

Su puesto lo han ocupado cadenas y franquicias que poco a poco han dado un nuevo aire a esta céntrica vía peatonal que desemboca en la misma plaza del Pilar. De esta forma han abierto firmas como Swatch, Taco Bell o Rodilla. Un desembarco de marcas que van arrinconando al comercio tradicional, que poco puede hacer para plantar cara.

De hecho, la calle Alfonso se ha convertido en la principal ruta comercial que abre en domingo, una posibilidad solo disponible en el Casco Histórico de la ciudad y que las grandes cadenas como Ale Hop, Misako, Desigual o Calcedonia empiezan a aprovechar.