La hija de la activista Berta Cáceres busca apoyos en Zaragoza contra una presa

Esta construcción pondría "en peligro los recursos de agua y los medios de vida de la zona".

La activista Bertha Zúñiga, hija de la líder de los indígenas "lenca" Berta Cáceres, asesinada el pasado mes de marzo, visitará el 5 de mayo Zaragoza para denunciar la impunidad de este tipo de crímenes en Honduras y buscar apoyos para la lucha contra el proyecto hidroeléctrico de la presa de Agua Zarca.


Zúñiga forma parte de una delegación de cuatro activistas, entre ellas Rosalina Domínguez, miembro del Consejo Indigena y líder del COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones populares e indígenas de Honduras), que realizan una gira europea que ha recorrido ya Holanda, Bélgica, Alemania, Finlandia y varias ciudades españolas.


La delegación quiere denunciar el asesinato de Berta Cáceres, la impunidad de este tipo de crímenes en Honduras y ganar apoyos para la lucha contra dicha presa sobre el río Gualcarque, sagrado para el pueblo lenca, que amenaza con desviar tres kilómetros del cauce, "poniendo en peligro los recursos de agua y los medios de vida de la comunidad", según señala la organización Justicia y Solidaridad en una nota de prensa.


En su visita a Zaragoza, la delegación será recibida por el alcalde de la ciudad, Pedro Santisteve, y otros miembros de la corporación municipal.


La activista también se reunirá con "los 8 de Yesa", pendientes de juicio por la carga de la Guardia Civil del 10 de octubre de 2012 en Artieda, y con colectivos ambientalistas y sociales.


Posteriormente, el Festival Ecozine entregará a la delegación el Premio Ecozine con motivo de la gala inaugural del evento.


El 3 de marzo de 2016, Berta Cáceres, reconocida defensora de los derechos humanos y el medio ambiente y líder de los indígenas 'lenca', fue asesinada, tras haber dirigido una lucha de varios años contra un proyecto hidroeléctrico en el río Gualcarque.


En 2015, Berta había ganado el Premio Ambiental Goldman por su trabajo en defensa del río Gualcarque, su entorno y la población local en contra del proyecto hidroeléctrico de la presa de Agua Zarca, para cuya construcción no se había consultado al pueblo lenca, violando lo establecido en el derecho internacional.


El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras luchaba para detener la construcción de la presa en el momento del asesinato de la activista, que ya había sido condenada a la cárcel por el gobierno de Honduras por oponerse al embalse.


Según Justicia y Solidaridad, en los últimos 15 años más de cien activistas han sido asesinados en Honduras tras oponerse a proyectos que perjudican gravemente el medio ambiente en el país.

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