Los voluntarios mejoran el rendimiento de escolares en Delicias

Las salas de la Asociación El Cañar abrió sus puertas en enero de 2015 en el barrio de las Delicias, con el objetivo de procurar espacios de estudio y apoyo a escolares de familias en situaciones desfavorecidas, bien porque no disponen de un lugar adecuado para hacerlo en su casa o porque los padres no tienen tiempo o no disponen de los conocimientos necesarios para ayudarles.

"La finalidad última es lograr que todos adquieran los elementos básicos de la cultura, humanísticos, artísticos, científicos y tecnológicos, para ello es necesario que desarrollen y consoliden los hábitos de estudio y trabajo", explican desde la asociación, que presentó esta semana su memoria de actividades.

Así, desde que arrancó este proyecto impulsado por su presidente, Antonio Tomás, 30 niños se han matriculado y son atendidos por unos 40 voluntarios, entre ellos estudiantes universitarios, profesionales de las enseñanza en activo o jubilados, etc. "La mayoría de los alumnos que se incorporaron a la sala en enero de 2015 se volvieron a matricular en septiembre de 2015, y en general, hemos observado una mejora en su rendimiento escolar", explican desde la asociación.

Además, desde septiembre de 2015 se estableció una colaboración con la Asociación Universitarios con la Infancia, a través de la que se ofrece la posibilidad de que estudiantes de la Universidad de Zaragoza realicen actividades de voluntariado en la Sala El Cañar, y en el curso académico 2015-2016 ocho voluntarios se han incorporado a estas tareas. Se ha implementado además un programa de tutorización de niños, y a cada voluntario se le asignan viarios escolares para que se lleve un seguimiento más cercano.

Además, desde el pasado mes de noviembre, la asociación puso en marcha una escuela de adultos a la que asisten 24 mujeres, la mayoría de ellas marroquíes, en las que se les enseña básicamente a hablar, escribir e intentar leer., y se les intenta formar en un lenguaje que de entrada les ayude a desenvolverse en su vida cotidiana, una iniciativa que ha tenido una buena aceptación y respuesta por parte de las beneficiarias.

En paralelo a estos programas formativos, se han impartido charlas y organizado visitas.