Litografía Portabella: más de 100 años después su arte sigue siendo apreciado

Eduardo Portabella creó la litografía que llevaba su nombre en el año 1880. Abrió sucursal en el zaragozano paseo de la Independencia y, pocos años después, se mudó al paseo de Sagasta. Le llegaban encargos de todo tipo: carteles anunciadores de festejos, postales, partituras, pliegos de acciones de empresas... Su buen hacer poco a poco le convirtió en una referencia a nivel nacional. Una fama que no han borrado los años, pues las piezas que salieron de los talleres de Portabella siguen siendo muy apreciadas.

Así lo hacen constar desde la casa Isbilya, situada en Sevilla. A principios de abril, se subastó allí un cartel anunciador de la feria de Écija del año 1911 que salió de los talleres del litógrafo zaragozano. Se vendió por 1.100 euros. “Era propiedad de un coleccionista privado que había pagado por él mucho más”, dicen fuentes de la casa de subastas, que afirman que se trata de un pieza poco común porque es de gran envergadura (tiene casi 2,5 metros de alto y algo más de 1,10 de ancho) y, al ser de papel, está en muy buen estado de conservación porque se ha podido restaurar a fondo.

“No solemos trabajar este tipo de piezas pero, de cuando en cuando, nos llega alguna y tienen muy buena salida: son carteles muy vistosos que gustan mucho”, agregan desde Isbilya.

Otra casa, en este caso barcelonesa, sacó a subasta esta semana un billete de 10 pesetas de curso legal en el año 1936. También se imprimió en la litografía zaragozana, aunque cuando el negocio ya estaba bajo el mando de Matilde Portabella, la hija del maestro litógrafo que había muerto en 1911.

Esta pieza salió a la venta por 1.500 euros. Es una rareza, ya que según indica la casa de subastas se trata de una primera serie que está en buen estado de conservación. Es un billete divisionario que fue de curso legal en la zona nacional durante la Guerra Civil que mandó imprimir el mismísimo jefe de las filas golpistas, Francisco Franco. 

Un libro dedicado a su figura

En el año 2003, la DPZ otorgó el III Premio Benajamín Jarnés a una biografía de Eduardo Portabella escrita por el historiador zaragozano Luis Serrano Pardo. "Fue la empresa de artes gráficas más importante de Zaragoza desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del XX", destacó en la presentación del libro su autor, tal y como quedó recogido en las páginas de la edición impresa de HERALDO DE ARAGÓN.

Serrano fue recopilando durante años todas las piezas de la litografía Portabella de las que iba teniendo noticia y reprodujo algunas de ellas en el libro. Son obras "impresionantes", según explicaba el autor entonces, entre las que se encuentran el cartel taurino más antiguo, que data del año 1880, o el de las fiestas del Pilar de 1893.