Simón Casas: dos años al frente de La Misericordia

La UTE que lidera alcanza el ecuador de su contrato con la vista puesta en la próxima Feria de San Jorge.

Simón Casas junto a Ignacio Lloret, tras firmar el contrato de gestión de La Misericordia.
Simón Casas junto a Ignacio Lloret, tras firmar el contrato de gestión de La Misericordia.
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Dos años han pasado desde que, el 28 de marzo de 2014, la Unión Temporal de Empresas (UTE) compuesta por Simón Casas (socio mayoritario), José Cutiño e Ignacio Lloret se hiciera cargo de La Misericordia. Aterrizaron para reemplazar a Servicios Taurinos Serolo -abandonó antes de tiempo, tras contraer una deuda de casi 600.000 euros con la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ)- y asumieron el reto de devolver el esplendor a un coso empequeñecido por sucesivas malas gestiones.


A menos de un mes para el inicio de la miniferia de San Jorge 2014, habían de confeccionar -a contrarreloj- unos carteles que reenganchasen al aficionado. Finito de Córdoba y Morante fueron los escogidos para compartir el Día de Aragón, pero la baja de última hora del diestro de La Puebla del Río obligó a reconvertir el atractivo mano a mano en una terna con presencia de Manuel Jesús El Cid y Daniel Luque. La tarde, venida a menos ya antes de su arranque por la mencionada ausencia, no cuajó, y este último fue quien brindó lo más destacado a los tendidos, que no alcanzaron la media entrada.


Ya el 26 de abril, en la tradicional corrida concurso de ganaderías, Castaño, Ferrera y Paulita tampoco alcanzaron el triunfo. Sí lo hizo 'Artillero', bravo ejemplar de Cuadri que se alzó con trofeo al mejor toro. Apenas dos tercios de entrada lo atestiguaron. La primera toma de contacto de la UTE con Zaragoza se había saldado sin buenos pronósticos económicos, pero sus patronos, conscientes del delicado proceso de transición en el que se hallaban, expresaron su "satisfacción" por la respuesta ambiental obtenida.


"Partíamos bajo mínimos, pero aquí hay un público de calidad que siempre quiso volver a disfrutar de los toros. Eso nos ayudó a seguir trabajando con fuerza", señala Simón Casas, y subraya la ilusión con que, meses después, se preparó el ciclo del Pilar: "Coincidía con el 250 aniversario de la plaza, y quisimos que marcase un antes y un después. Era una oportunidad inmejorable para que La Misericordia recuperase la grandeza que jamás debió perder".


Para la ocasión, confiaron en las máximas figuras -a pie y a caballo- repartidas en siete corridas, y el espacio para los jóvenes quedó limitado a dos novilladas. Así, pudieron doblar (pasando de 500 a más de 1.000) el número de abonados y el resultado artístico superó con creces lo esperado. Hubo hasta cinco salidas a hombros y, por vez primera en la historia, un novillo fue indultado.


"Significó un punto de inflexión. Cuidamos hasta el mínimo detalle y tuvimos la suerte de toparnos con varios toros que embistieron y unos toreros que correspondieron jugándose la vida", explica José Cutiño, y asegura que fue entonces cuando se terminó de aportar "argumentos suficientes" como para que Zaragoza confiase en su gestión.


Habían logrado resituar a la ciudad entre las grandes citas del calendario taurino, pero el escenario seguía sin resultar rentable. Los empresarios declararon 400.000 euros de pérdidas al término del ejercicio, confiando en convertirlos en beneficio en un 2015 de consolidación. En San Jorge, se apostó por un mano a mano (Ginés Marín-Varea) de altos vuelos, una corrida de Luis Algarra íntegramente lidiada por toreros aragoneses (Ricardo Torres, Alberto Álvarez e Imanol Sánchez) y una concurso en la que la ganadería de Los Maños confirmó su gran momento. La plaza, sin acercarse ninguna tarde al lleno, mejoró registros pasados.


"El primer año fue una inversión. Sembramos los frutos que después comenzamos a recoger en 2015", comenta, como gestor, Ignacio Lloret, y añade que una de las claves del éxito está en saber trabajar en equipo: "Damos especial importancia a publicitarnos y contamos con la colaboración de personas que conocen bien Zaragoza. Gracias a ellos, hemos conseguido llegar de mejor forma al respetable".


Durante la pasada Feria del Pilar, la asistencia creció un 20%. 122.824 personas accedieron a La Misericordia entre el 11 y el 18 de octubre para presenciar los festejos populares o los triunfos de Talavante, El Juli o Léa Vicens. Datos positivos que, llegados al ecuador de los cuatro años de contrato firmados con la DPZ, todavía esperan mejorar.


"La próxima oportunidad de demostrar que se puede seguir creciendo nos llega en tres semanas, con una nueva Feria de San Jorge. Para el 23 de abril, se han escogido tres toreros (Joselito Adame, David Mora y Jiménez Fortes) que vienen de triunfar recientemente, ya sea en México o en España. En la concurso, se ha apostado por tres especialistas (Rafaelillo, Paulita y Escribano) en este tipo de corridas. Además, Aragón volverá a estar representado sobre el ruedo, algo que entendemos que es importante", concluye Lloret.






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