Miguel Rubén Moreno Portero asesinó el pasado lunes a su exnovia, Soraya Gutiérrez, en el bar Planet de Miralbueno. Tras cometer el crimen (el úndecimo homicidio machista en lo que va de año en España) se suicidó en el mismo escenario y con la misma pistola con la que cercenó la vida de la que había sido su pareja. La dueña del negocio se encontró los cuerpos sin vida después de que un cliente le avisara de que la puerta estaba entreabierta y nadie atendía.

En Medina del Campo, el municipio vallisoletano en el que estaba censado y residía Rubén (se le conocía por su segundo nombre), se recibió la noticia con estupor. La alcaldesa, Teresa López, no conocía personalmente al asesino, por lo que desde que supo del suceso empezó a recabar información: "No tenía arraigo en la localidad, pero sí tenía localizado su domicilio en la avenida Lope de Vega, donde ahora mismo vivía".

Según la regidora, Miguel Rubén "pasaba temporadas en la villa y otras fuera" y era más "conocido en la noche, en los bares de copas" que en otros círculos y sus vecinos lo observaban como alguien "más bien problemático". Aunque ahora estaba empleado en el sector del metal, el homicida "trabajó dos semanas para el Ayuntamiento como peón en unas obras municipales".

Rubén era natural de Zamora, aunque su familia procedía de Arévalo, en Ávila. Los habitantes de esta localidad no tenían noticias de él, aunque sí recuerdan a su madre. "Falleció hace años en el municipio y tenemos entendido que dos hijos (hermanos de Rubén) siguen viniendo de vez en cuando, pero a él no lo ha visto nunca nadie", apuntaba ayer la dueña de uno de los bares del pueblo.

"Un individuo conflictivo"

Las últimas horas en Medina del Campo se han salido del guión habitual. Han reinado los dimes y diretes y el grueso de las conversaciones han tenido un denominador común: Rubén, el vecino de 41 años que había matado a sangre fría a una mujer.

Algunos sabían de él. Otros, sólo de oídas. Las referencias, en general, no hablan bien de él. "Era una persona que no gustaba nada, ese personaje no era trigo limpio y lo sabíamos", resume Celina Matilla, presidenta de la asociación Mujeres en Igualdad de Medina del Campo, quien recuerda que su círculo de amistades era "muy pequeño" y que se circunscribía a unas pocas personas y, especialmente, al "mundillo taurino". Celina relaciona a Rubén con el consumo de estupefacientes y coincide con la alcaldesa en que "se movía mucho en ambientes nocturnos". Hace especial hincapié en que "era un individuo conflictivo".

El estado de ánimo del pueblo ha quedado, en palabras de Celina, "muy tocado" después de saber del suceso. "Nos ha dejado muy mal cuerpo, Medina del Campo no se merece esta porquería", sentencia.

Toros y artes marciales

El perfil de Facebook del sujeto deja bien a las claras sus gustos personales. Un inmenso porcentaje de sus publicaciones y fotos versan sobre la tauromaquia, con especial querencia por los festejos menores, a los que acudía y en los que tomaba estampas. También aparece en páginas especializadas en fotografía taurina.

Rubén, junto a un amigo, en un festejo menor (Facebook)

El resto de sus fotos compartidas muestran frases motivacionales e imágenes acerca de artes marciales como el Muay Thai o el MMA. En la red social, donde sus fotos de perfil y de portada aparecen ahora en negro, funcionaba bajo un seudónimo y hacía referencia a su estancia hace unos meses en una discoteca aragonesa.

El 26 de agosto de 2014 compartió un montaje que, año y medio después, resulta macabro: una pistola con un detalle de una virgen y un mensaje: "En esta casa hay motos, mujeres y pistolas. No toques las primeras, respeta a las segundas y no probarás las terceras".

Montaje que el homicida mostraba en Facebook

"Broncas" con otra pareja

Los vecinos del inmueble -en el número 4 de la avenida Lope de Vega- tildan de "agresivo" el carácter de Rubén, según declararon ayer a El Norte de Castilla. En ese domicilio, tal y como recoge el citado diario, había protagonizado discusiones con otra pareja: "Yo he llamado en algunas ocasiones a la Policía porque escuchábamos broncas, pero cuando preguntaba a su pareja ella siempre me decía que no le pegaba", relataba un vecino.

Amenazas

Tras una precipitada ruptura y después de no conseguir otra oportunidad, se presentó a comienzos de este mes en casa de la víctima, la retuvo contra su voluntad y le amenazó con una pistola. También se dirigió al hijo de cinco años de Soraya, que tenía 37: "Me voy a llevar a tu madre a un viaje muy largo del que no va a volver". Rubén no tenía antecedentes por maltrato, por lo que quedó libre con una orden de alejamiento.

El asesino recorrió más de 400 kilómetros hasta Zaragoza para cometer el crimen. La distancia que le separaba de Soraya hizo que la víctima estuviera clasificada por la Policía en la categoría de "riesgo mínimo".