El alcalde de Zaragoza que pagaba los viajes de su bolsillo

El alcalde de Zaragoza que pagaba los viajes de su bolsillo
El alcalde de Zaragoza que pagaba los viajes de su bolsillo

Esta noticia publicada en Heraldo de Aragón hace ahora 100 años está de extraña actualidad. El Gobierno municipal de Zaragoza en Común va a pagar ahora con dinero público 985 euros del viaje realizado por el alcalde, Pedro Santisteve, y tres de sus asesores a Galicia, donde se celebraba el encuentro ‘Ciudades por el bien común’ que contó únicamente con ediles de las confluencias de Podemos, y que se coronó con un mitin de Marea Atlántica en La Coruña; también se han cargado a las arcas públicas 1.948 euros por un viaje en septiembre pasado a Barcelona de Santisteve, cuatro concejales y otros cuatro asesores, con un programa muy similar y mitin de alcaldías afines a Podemos en la estación del Norte de la Ciudad Condal. Hace 100 años, el alcalde Salarrullana ingresaba en las arcas municipales 275 pesetas de su bolsillo para costear un viaje de trabajo a Madrid de cinco días en el que efectuó diversas gestiones económicas en beneficio de la ciudad.




Ante todo hay que reconocer en el señor Salarrullana, entre otras buenas condiciones que le distinguen, la del ahorro.


El alcalde quiso pagar de su bolsillo particular el viaje a Madrid.


Eso no puede ser: replicaron con razón los concejales. No es un viaje de sport, sino un viaje inevitable que imponen las circunstancias al primer magistrado de la ciudad para llevar la representación del Ayuntamiento en la misión confiada a las entidades económicas.


El señor Salarrullana llamó ayer a su secretario particular apenas puso los pies en la alcaldía.


- Tome usted, señor Olivito. Entregue en la Caja ese dinero y ese recibo de la fonda de Madrid.


- ¿Cuánto me da usted?


- Doscientas setenta y cinco pesetas.


Quedó mudo el secretario. Sin duda recordaba en aquel momento otros viajes en los que en dos días despilfarraban mil y pico pesetas.


El coste del viaje de ida y vuelta del señor Salarrullana a Madrid y cinco días de estancia en la Corte ha importado cuarenta y cinco duros.


No hubiera gastado menos el más sencillo seminarista.


Bien es verdad que el alcalde es uno de los más entusiastas propagandistas del ahorro.


Muéstrase, el alcalde muy satisfecho de sus gestiones en la Corte.


No ha parado un momento y, créanme ustedes—nos decía—que en los ministerios y direcciones generales he reclamado con la energía y sinceridad que deben reclamar los representantes de Zaragoza.


Y añadía:


Con el director general de Agricultura, señor D. Angelo, un perfecto caballero, afectuosísimo, sostuve dos o tres conferencias. Yo le pedí dos mil pesetas de subvención para la Fiesta del Árbol.


Estoy agobiado de peticiones, mi querido alcalde; replicó el señor D' Angelo.


No importa. Zaragoza es muy desgraciada en eso de las subvenciones. Nunca le toca una peseta en el reparto de consignaciones. Ahora, Zaragoza reclama el derecho a la subvención.


Eso corre de mi cuenta


Pues dame usted más de dos mil pesetas.


Tendrán ustedes subvención. No puedo concretar ahora su cuantía, porque no he recibido todavía los expedientes de Baleares y Canarias, pero a finales de marzo quedará fijada la cantidad que se concederá a Zaragoza. La consignación es de 60.000 pesetas y muchas las capitales y poblaciones que han solicitado subvención.


¿Pero Zaragoza, tendrá subvención?


La tendrá, yo se lo prometo.


Que sea lo menos de dos mil pesetas.


Procuraré complacer sus deseos.



Ese fue el resultado de la última entrevista del alcalde con el director general de Agricultura


¿Se construirá el apeadero en la Puerta de Sancho? preguntamos.


Creo que sí. De este asunto hablé con el director general de Obras públicas, señor Zorita, quien a mi presencia dirigió una carta al ingeniero jefe de la segunda división de ferrocarriles, que reside en Barcelona, interesándole la inmediata formación del proyecto.


Lo demás es cosa mía- agregaba el señor Zorita- por cuanto la mejora la considero conveniente para Zaragoza.


Con el señor Zorita habló también el alcalde de la transformación del actual puente colgante sobre el río Gallego.


El expediente no se halla en la Dirección general y, por consiguiente, el señor Salarrullana se limitó a recomendar el asunto para cuando aquel llegue a las manos del director general.


Conferenció también con el director general de Comunicaciones don José Francos Rodríguez y subdirector D. Vicente Tutor.


Como es natural la conferencia versó sobre la Casa de Correos; y tanto el señor Rodríguez como el señor Tutor significaron su propósito de ultimar los trabajos con objeto de ver la manera de colocar la primera piedra del monumental edificio en uno de los días de las fiestas del Pilar.


Han sido, pues, aprovechados por el alcalde los días contados que ha permanecido en Madrid acompañando a la comisión de entidades económicas que, marchó a la Corte para exponer sus quejas contra la concesión de un puerto franco a Barcelona.


No podrá decir el vecindario que se han aprovechado mal los cuarenta y cinco duros que el alcalde gastó en su viaje.



Recopilada por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón

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