Santiago Mingote: "Nuestro yacimiento es un recurso que no hemos explotado"

Trabajó como capataz de retén forestal. Alcalde de Murero por el PAR desde hace seis mandatos, habla de temas pendientes, como el arreglo de la ermita de San Mamés.

¿Qué le empujó a presentarse a la alcaldía?

Buena parte de la culpa es del empuje de amigos y personas cercanas que me animaron a hacerlo, que me dijeron "tira para adelante". Después, quien me ayudó mucho fue Fernando Labena, que fue consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón.

¿Cómo fue al principio?

Como todos los inicios. Todo lo que empiezas cuesta, pero siempre he confiado, y confío, en las personas que vienen conmigo en la lista, y en el secretario. Entre todos pensamos los proyectos y las necesidades del municipio, y siempre actuamos por el interés general y dando prioridad a las obras que más demanda el pueblo.

¿El yacimiento ha sido uno de esos proyectos?

Murero tiene uno de los yacimientos más importantes del mundo en la época del Cámbrico y siempre hemos estado trabajando y mirando por este proyecto. Aquí se han reunido grandes expertos y vienen de fuera a visitarlo e incluso dan clases de la Universidad de Zaragoza. Su director, Eladio Liñán, lo define como la Capilla Sixtina. Pero la cosa está paralizada y se quedó pendiente hacer un centro de interpretación, para el que incluso compramos el terreno y tenemos el proyecto.

¿No han explotado su potencial?

No, es un recurso que todavía no hemos explotado bien. Si en vez de 140 habitantes hubiéramos tenido 1.500 estaríamos hablando de otra manera. O si este yacimiento hubiera estado en otras comunidades con más recursos, como Cataluña o País Vasco, sería diferente. En 2012, celebramos el descubrimiento del yacimiento por el geólogo francés Édouard de Verneuil, y seguiremos trabajando dentro de nuestras posibilidades.

¿Qué proyectos sí han podido conseguir?

Con la iglesia tuvimos la gran suerte de poder restaurarla en cuatro años, tanto en el exterior como en el interior y ha quedado muy bien.

Pero no ha ocurrido lo mismo con la ermita de San Mamés.

Es uno de los objetivos por los que llevamos luchando más tiempo. El Ayuntamiento años atrás invirtió todo lo que pudo en tejados en mal estado, en cambiar la cúpula, en arreglar el acceso, llevamos el agua, pusimos una fosa séptica y en el caserío anexo, que se nos cedió por 50 años, valoramos hacer un albergue. Pero no ha llegado el momento de hacer la restauración del templo, porque no es de titularidad municipal.

¿Se prevén avances?

Estamos en conversaciones con el arzobispado, e incluso el Arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, ha visitado la ermita. Le expliqué el estado de los tejados y su deterioro, que es algo muy preocupante para todos los vecinos. Igual que las pinturas interiores. Pero es una pena que una de las ermitas más grandes se encuentre así. Además con la devoción que hay por el santo.

¿En el pueblo se le tiene mucho aprecio?

En Murero, en los de alrededor y también más lejanos, incluido Molina de Aragón, Calatayud, San Mateo de Gállego… De todos esos sitios vienen a la procesión, a la misa y a pasar el día. La Diputación de Zaragoza ha editado una guía de los dances y ha recogido el bolero de San Mamés. La cofradía se creó en 1541 y hoy en día los padres traen a los niños para encomendarlos al santo.

La limpieza del Jiloca es otra de las asignaturas pendientes.

Llevamos 17 años seguidos notificando el malestar y la inquietud por las consecuencias que nos puede acarrear. Es algo muy preocupante para el pueblo la limpieza del cauce del Jiloca, pero también por el estado del canal paralelo al río y por cómo están de rotos los muros tanto de la rambla El Val como de la de Valdemiedes.

¿Qué consecuencias ha tenido?

Desde el 11 de abril, que fue la primera crecida, seguimos teniendo los mismos problemas. Ahora mismo, el río va por tramos fuera de su cauce, porque en esa riada bajaron troncos y chopos, hicieron parada y salió el agua. Inundó fincas, ha deshecho cosechas, ha colmado acequias y está toda la arena y piedras por las fincas. Lo hemos notificado y me dijeron que vendrían…pero han pasado más días y nadie da señales de vida.

¿Cómo ve la reconversión de la línea de tren en camino natural?

Es un proyecto que viene de largo, que antes de tomar forma lo planteamos entre el alcalde de Villafeliche, Agustín Caro, y yo. Reunimos a representantes institucionales de ayuntamientos, de las comarcas de Calatayud y de Daroca e hicimos pública esta intención. En nuestro caso, el proyecto lo recogió la comarca y lo ha impulsado hasta que ya podemos decir que casi es una realidad, con el comienzo del desbroce de la antigua vía. Puede ser un aliciente para los pueblos por los que pasa y puede repercutir en el bar, la tienda…

Tras 23 años, ¿qué valora hacer el siguiente mandato?

No tenemos nada hablado todavía, para seguir o no. Pero yo creo, y si todo va como va, que podamos seguir para adelante. Seguimos teniendo ilusión y ganas, y trabajando por el interés general del pueblo. Y sobre el terreno, las cosas van viniendo sobre la marcha. Por delante aún me quedan varias ilusiones: limpiar el río Jiloca, acabar el camino natural, restaurar la ermita o dar un impulso al yacimiento.

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