La aventura de Celia, la galga de Garrapinillos, termina con final feliz

El animal ha estado perdido siete días hasta que sus dueños han podido dar con él.

Celia en la consulta del veterinario.
Celia en la consulta del veterinario.

Celia, una galga negra de dos años, desapareció hace más de una semana en los alrededores de Garrapinillos poniendo en vilo a sus dueños y a los voluntarios de la protectora de la que procedía. Sin embargo, la buena fortuna y la colaboración ciudadana han hecho posible que la aventura de Celia termine con el más feliz de los finales: ya está en su hogar.

Su dueña, Águeda Bueno, explica que tras varios días sin pistas del animal, el martes de esta semana recibieron una llamada en la que aseguraban que Celia estaba cerca de las pistas de tenis de Utebo. No obstante, pronto comprobaron que no se trataba de ella, sino de otro perro similar que también se había extraviado. Ese mismo día, la protectora Azar Zaragoza recibió otro mensaje en el que decían haberla visto por la misma zona en la que desapareció, en la urbanización Condefuentes de Garrapinillos. "Nos dijeron que llevaba una correa roja, la que llevaba el día que desapareció", comenta Águeda, que inmediatamente emprendió la búsqueda del animal junto a sus familiares, amigos y voluntarios.

"La vimos, pero estaba tan desorientada que se asustaba mucho cuando alguien se acercaba y salía corriendo", asegura la propietaria.

Para tratar de capturarla, llegaron a colocar una jaula trampa en la que varias personas hacían turnos de vigilancia para aguardar su llegada. Pero no hubo que utilizarla. El jueves por la noche, el teléfono de Águeda volvió a sonar: "Nos llamó una mujer diciendo que tenía a Celia en casa. Iba paseando a sus perros y ellos fueron los que se acercaron la perra, que estaba agotada y acurrucada en un hueco". Esa misma noche, Celia ya durmió en casa.

Su dueña, que la tiene en acogida desde hace siete meses, considera que el estado en el que la encontraron era bueno, si bien está mucho más delgada y presenta algún rasguño. "Está en los huesitos, ahora pesa 18 kilos y tiene las almohadillas destrozadas. Además, como la mayor parte del tiempo la ha pasado en una acequia, necesita ser bañada cada tres días con un champú especial", cuenta Águeda, que este mismo viernes ha acudido con ella al veterinario.

"Tenía la esperanza de encontrarla, aunque a la vez temía lo peor", reconoce su dueña.

La pista de Celia se perdió el pasado jueves 5 de julio cuando la sacaban de paseo y una de las mayores preocupaciones de sus propietarios era la salud del animal, ya que tiene lehismaniosis y necesita medicación diaria. Ahora, Celia se recuperará en casa gracias a la difusión de mensajes en redes sociales y grupos de Facebook y a la solidaridad de la ciudadanía.

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