Tres años de conflicto en la calle Huesca de Cadrete por los ladridos de varios perros

Un residente de la vía ha presentado más de 40 denuncias en los últimos tres años.

Tanto los perros como los humanos pueden contagiarse con la picadura de un mosquito.
Conflicto en Cadrete por los ladridos de varios perros.
Laura Uranga

Los ladridos de varios perros en la calle Huesca de Cadrete han derivado en un conflicto que ya dura tres años. Entre el pasado 6 de mayo de 2015 y la actualidad, un residente de la mencionada vía ha presentado en el Ayuntamiento un total de 38 denuncias, acompañadas de sus correspondientes escritos, fotografías y CD´s, con objeto de poner de manifiesto las molestias que le ocasionan los canes de tres vecinos.

Además, desde el 20 de enero de 2017 hacia aquí, su abogado, José Manuel Marraco, ha formulado otras cinco quejas que denuncian el presunto incumplimiento de la Ordenanza Municipal de Seguridad y Convivencia, pretendiendo que el Consistorio de la localidad zaragozana sancione las conductas de los vecinos en cuestión.

A raíz de ello, técnicos del Ayuntamiento realizaron diferentes inspecciones en las viviendas, constatando que las molestias producidas por los animales se limitaban a “momentos puntuales” que están dentro de lo que puede considerarse “normal” en ese tipo de zonas residenciales. Por ello, en junio de 2017, teniendo en cuenta los distintos informes presentados por el inspector y el arquitecto, la junta de gobierno local declaró que no se había infringido la Ordenanza Municipal de Seguridad Ciudadana de Cadrete.

Solo un mes después (julio del pasado año), el denunciante interpuso un recurso administrativo en el que, tras reiterar los argumentos de todas las denuncias formuladas, solicitaba que se tuviese en cuenta “la documentación presentada y la reiteración de los ladridos”. “Solicito que se proceda a la apertura de expediente sancionador y se depuren responsabilidades”, recoge el recurso que, por carecer de “legitimación”, no fue resuelto de forma expresa por el Ayuntamiento.

“El recurrente tiene derecho a formular las denuncias que considere oportunas, pero no a que el Ayuntamiento imponga sanciones a las personas denunciadas”, explica Clemente Sánchez-Garnica, abogado del Consistorio, y subraya que “tanto los arquitectos como el técnico han hecho lo que tenían que hacer y han llegado hasta donde podían hacerlo”.

Curiosamente, según añade Sánchez- Garnica, “el denunciante es el único vecino que se queja de las molestias”. De ahí que el técnico municipal reste “credibilidad” a las valoraciones vertidas y ponga “en duda” que las grabaciones y mediciones correspondan a episodios que se repiten con frecuencia.

El procedimiento sigue en marcha y, el próximo 4 de julio, varios peritos volverán a evaluar la intensidad y frecuencia de los ladridos. Hasta finales de año, como pronto, no se espera que haya sentencia firme.

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