El 8 de marzo es su cumpleaños y el Día Internacional de la Mujer.

Sí, me han montado una huelga internacional maravillosa. Toda mi vida he participado en las manifestaciones de esta jornada, y este año también, y de forma activa.

¿Defiende la máxima de actuar en lo local pensando en lo global?

Tienes que pensar cuál es la realidad de tu pueblo, pero ver a la vez el conjunto. La normativa general tiene que contemplar las particularidades de los municipios.

¿Por qué decidió instalarse en Murillo cuando se licenció?

Cuando hice mi proyecto de vida al terminar Bellas Artes en Barcelona me apetecía empezar en Murillo. Y me compré allí la casa.

¿Es difícil vivir en los pueblos?

No sé si es más difícil vivir en una ciudad. No creo que sea mejor, pero sí que necesitas más logística y otro tipo de organización, pero se vive mejor en el pueblo.

¿Murillo de Gállego es ejemplo de desarrollo sostenible?

Totalmente. El pueblo se quedó prácticamente vacío hace 25 años y ahora tenemos 23 empresas ligadas al turismo. Todas han nacido bajo la amenaza del pantano. Son pequeños proyectos locales de emprendedores que se basan en potenciar lo que hay, sin alterar el medio natural ni recibir ayudas de ningún tipo.

¿Es una firme defensora del río Gállego?

Así es. En general, el río es la base de la vida. Si no lo cuidamos, nos estropea todo el sistema.

¿Cómo les afectaría el embalse de Biscarrués?

El embalse hace que muera Murillo, directamente. De las 23 empresas, cuatro trabajan directamente en el río. Son las que mueven todas las demás. Las 70.000 actividades turísticas vendidas tienen mucho que ver con el río. La gente viene a Murillo buscando río. El proyecto que tenemos encima de la mesa, que en principio según la Audiencia Nacional está tumbado, pero que el Ministerio mantiene, afecta a más de un 60% del tramo navegable.

Coordina la comisión de investigación de las depuradoras en las Cortes. ¿Cómo está yendo?

Estamos en la primera fase, ver quién declara y cuándo. Es una fase muy compleja, a la que hay que dedicar muchas horas.

¿El agua es un tema que le persigue?

Me encanta. A veces lo vemos como algo natural, porque giras el grifo y aparece el agua clorada y lista para consumir. Pero hay todo un mundo detrás en el que merece la pena profundizar. Sin agua no se puede vivir, y sin embargo tiene gran cantidad de peligros.

Entró en política con CHA y luego se pasó a Podemos. ¿Por qué decidió dar ese cambio?

Cuando nació Podemos muchos entendimos que era una nueva herramienta. Daba más capacidad de trabajar en red, con gente nueva que tenía las ideas muy claras.

Es su segunda legislatura como alcaldesa. ¿Qué meta se marcó?

Éramos una cuadrilla de jóvenes muy vinculados a Murillo. Nos dimos cuenta de que tenía un potencial tremendo y no se estaba potenciando por parte del Ayuntamiento. Cuando entramos había un fuerte endeudamiento, Hoy hay superávit económico.

¿Trabajan en un proyecto para remodelar viviendas para alquiler?

Uno de los grandes problemas en el mundo rural es el acceso a la vivienda. El Ayuntamiento tiene que facilitar esa posibilidad.

¿Qué otros retos tiene?

No me considero emprendedora, sino facilitadora. Mi papel ha sido ayudar a la gente que tiene iniciativas. A largo plazo, deberíamos crear una alternativa al turismo con el aprovechamiento de los montes.

Murillo pertenece a la provincia de Zaragoza y está en la comarca de la Hoya de Huesca...

Y al obispado de Jaca y al juzgado de Ejea. El código postal es de Huesca. El día a día es muy complejo. Yo creo que en Aragón se hicieron muy bien las comarcas, pero sería un momento en el que las diputaciones tendrían que ir desapareciendo. Ahora nos encontramos en líneas fronterizas que no tienen ningún sentido.

¿Qué falta en Murillo?

La fibra llega hasta el pueblo, pero como no tenemos cableado seguimos con un servicio muy deficiente de internet. No podemos decir que tenemos los mismos servicios que en la ciudad.

¿Animaría a la gente a participar en política municipal?

Por supuesto. Es un poco difícil pero creo que es una labor preciosa e importantísima para que los pueblos sigan vivos con gente con ganas y disposición.