Nuevo derrumbe en la iglesia de Ruesta

“No, no ha sido una inocentada, -explica Armando Soria, alcalde de Urriés-. El miércoles, a mediodía, la iglesia renacentista de Ruesta colapsó. Los años de desidia, abandono y dejadez están acabando con este edificio. Una cúpula ya había caído hace años y ahora ha sucedido lo mismo con una bóveda, la que se encuentra más próxima a la fachada principal. Se ha hundido y ha arrastrado todo lo demás. Ya ni se puede entrar en la iglesia ni hacer nada”, lamenta.

El alcalde de Urriés recibió esta triste noticia el día de los Inocentes, demasiado pesada para ser una broma. “Estaba convencido de que 2017 iba ser un buen año para Ruesta, y así estaba ocurriendo. Se ha avanzado mucho e instituciones como la DPZ y el Gobierno de Aragón se han implicado para preservar este conjunto por el que atraviesa el Camino de Santiago”, añade.

Por otra parte, Soria recuerda que “la Confederación Hidrográfica del Ebro se comprometió a enviar un técnico y realizar un informe de la situación de Ruesta porque lo que pedimos es, sobre todo, que la zona por donde discurre el Camino de Santiago no suponga un peligro para los peregrinos y que apuntalaran y adecentaran la zona de paso. Y, precisamente, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los edificios que se encuentran en este tramo”.

Por otro lado, desde la CHE recuerdan que "en el mes de octubre, un técnico de la Confederación hidrográfica del Ebro se desplazó a Ruesta con el motivo expreso de inspeccionar y valorar los edificios que se localizan en la zona de paso del camino de Santiago por el núcleo urbano de Ruesta". "Con tal motivo, inspeccionó y valoró asimismo el estado de situación del resto del núcleo y sus edificios. A la visita acudió también un representante de la CGT (entidad cesionaria del núcleo urbano de Ruesta mediante Resolución de la Presidencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro de fecha 3 de febrero de 1993). Aunque no fue objeto expreso de la visita, se inspeccionó también la iglesia a la que se calificó en estado de ruina aconsejando impedir el paso como así estaba".

Fuentes de la Confederación admiten haber recibido con fecha fecha 27 de diciembre, una comunicación escrita de la CGT acerca el derrumbe de una de las bóvedas de la iglesia, detallando su estado tras el derrumbe y solicitando continuar con la colaboración ya iniciada en el mes de junio de este año junto con el Gobierno de Aragón".

El próximo día 9 de enero, el alcalde de Urriés se reunirá con representantes del Gobierno de Aragón, la DPZ y CGT “para estudiar cómo afrontar la situación y cómo hacer reaccionar a la CHE. Desde la Confederación me han transmitido que nos recibirán en enero y no han concretado nada más. Pero esperar quince días aquí es terrible, porque pueden ocurrir cosas como la que acaba de suceder”, subraya.

Propiedad de la CHE

La localidad zaragozana de Ruesta, situada entre las comarcas de las Cinco Villas y la Jacetania, conforma uno de los lugares por los que discurre el Camino de Santiago en la variante del camino francés. El pueblo quedó deshabitado en la década de los 60 debido a la construcción del pantano de Yesa, obligando a sus habitantes a dejar sus tierras e instalarse en poblaciones cercanas como Artieda y Urriés.

A excepción del castillo, de propiedad particular, las casas y edificios de Ruesta pertenecen a la Confederación Hidrográfica del Ebro, que cedió el municipio a la CGT para la gestión, mientras que la mayor parte del suelo urbano y de su monte forma parte del municipio de Urriés.

El camino francés es Patrimonio de la Humanidad desde 1993, una declaración que conlleva la protección tanto del camino físico como de los elementos considerados Bienes de Interés Cultural que se encuentra en las aldeas, villas y ciudades por las que discurre.

Además, el alcalde recuerda con tristeza en un escrito publicado en internet que la iglesia de Ruesta fue un escenario de película “donde José Sacristán y Alfredo Landa se reunían en la película 'La Vaquilla' (Luis García Berlanga, 1985), esa iglesia colorista y preciosa, llena de luz y de recuerdos de un pueblo expulsado por el bien común del pantano de Yesa”.

Soria añade que “de poco ha servido el esfuerzo que se viene haciendo desde otras instituciones como Patrimonio, Vertebración del territorio, Urbanismo, DPZ, Comarca de las Cinco Villas, la CGT o el propio Ayuntamiento de Urriés. Desbroces, limpieza, planes urbanísticos o avances del Plan General no han podido frenar el abandono del propietario de este edificio tan importante en la vida de tanta gente y en el patrimonio aragonés” e inquiere: “¿Qué edificio será el siguiente, el castillo? ¿O tenemos que esperar a que la víctima sea un caminante para que esta situación cambie?”