Juzgan al patrón de varios trenzadores de ajos en prácticas

El fiscal pide dos años de cárcel para el acusado, vecino de Plasencia de Jalón, por no darles de alta en la Seguridad Social. Él niega los hechos y su abogado pide la absolución.

El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

Un vecino de Plasencia de Jalón podría ser condenado a dos años de cárcel si la Audiencia Provincial de Zaragoza considera que utilizó a once inmigrantes para trenzar ajos en su empresa sin darles de alta en la Seguridad Social. Esa es la pena que el fiscal solicita para él por un delito contra los derechos de los trabajadores. Sin embargo, su abogado pide la absolución porque considera que no cometió delito alguno. Admite que, como mucho, tenía a tres trabajadores sin dar de alta y el resto, cuatro, estaban contratados correctamente.

Pedro Vicente S. F. fue denunciado por una inspectora de Trabajo que el 11 de agosto de 2016 se presentó en su almacén acompañada de la Guardia Civil. El acusado ha declarado este martes ante el tribunal que cuando llegaron los agentes había "mucha gente" pidiendo trabajo y que su madre estaba enseñando a dos de los inmigrantes a trenzar ajos. "Es una tarea que no se aprende así como así", ha manifestado. Sus afirmaciones han sido ratificadas por la media docena de temporeros que han testificado ante el tribunal de la Sección Tercera y también por su hijo y por su madre, ya jubilada. "Voy de vez en cuando al almacén y esa tarde vinieron varios a pedir trabajo. Cuando mi hijo no está (como ocurrió ese día) hablo con ellos para ver qué saben hacer y les enseño. Cuando hay que trenzar corre prisa y hay que saber, porque si no los ajos se echan a perder", ha afirmado la mujer.

Por su parte, la inspectora de trabajo ha relatado que cuando entró con los agentes vio a dos hombres trabajando, al hijo de Pedro Vicente S. F. con un tractor y a un amigo de este último que no hacía nada. "En otro lado del almacén estaba la madre con varias personas que salieron corriendo campo a través. La Guardia Civil fue tras ellos y algunos volvieron. El dueño dijo que habían empezado esa tarde a prueba y que si estaba contento con ellos les daría de alta al día siguiente", ha expuesto la inspectora.

El letrado del acusado ha recordado que el régimen agrario, por su singularidad, permite dar de alta a los empleados al día siguiente si empiezan a trabajar el de antes por la tarde y que su cliente, para el que pide la absolución, estaba al corriente de pago de todo. Por su parte, el gestor que le tramitaba los papeles ha apuntado que ese día tuvieron que crear un código de cuenta de cotización porque el que tenían estaba desactivado a consecuencia de un cambio informático en la Administración.

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