Cruz Roja y DYA han atendido ya a más de 770 personas durante las fiestas del Pilar

Cruz Roja y la asociación Detente y Ayuda (DYA Zaragoza) han atendido ya a más de 770 personas durante las fiestas del Pilar. Los primeros han asistido a tantas como en todos los festejos de 2016. Hasta ayer habían realizado 570 atenciones y esperaban terminar el fin de semana con 150 más. Los segundos, en cambio, están viviendo unos días muy atípicos, ya que el año pasado veían a más de 40 personas por noche y esta vez apenas llegan a las 20.

Ángel Martínez, responsable del operativo de Cruz Roja, confirma que el peor día fue "el del Pilar", que terminó con 143 asistencias (69 durante la Ofrenda), cifra que estuvo a punto de superarse este viernes, que cerró con 134.

Los 236 voluntarios que componen el dispositivo, repartidos por prácticamente toda la ciudad y presentes en más de 220 actos, han atendido ya 368 traumatismos y 58 intoxicaciones. "El resto han sido patologías varias, como arritmias o bajadas de tensión", explica.

Del total, ha sido necesario trasladar al hospital a 91 personas, ya sea porque necesitaban pruebas complementarias o porque precisaban suturas que el equipo de Cruz Roja no podía practicar.

El personal viene atendiendo entre 70 y 75 incidencias diarias, una media que dista notablemente de los registros de 2016. "El año pasado tuvimos 35 durante la Ofrenda y este año han sido 69, prácticamente el doble", recalcó Martínez. Señaló, en todo caso, que no ha habido ninguna de especial gravedad. "Sí ha habido una especialmente llamativa: la persona que se puso de parto en Valdespartera", añade.

El responsable del operativo, en el que trabajan 63 personas procedentes de 22 provincias españolas, achaca estos datos a que, debido al buen tiempo, "este año hay más personas en la calle". Solo entre las 22.00 del viernes 6 y las 22.00 del sábado se contabilizaron 110 atenciones, 22 de ellas durante el pregón. La previsión es que este fin de semana sea "aún más fuerte" que el anterior. Así ha ocurrido, al menos, en ediciones anteriores.

Para que ningún suceso vaya a mayores cuentan con 19 ambulancias, un puesto móvil de atención de primeros auxilios, cuatro vehículos de transporte, dos todoterrenos, dos quads y una zódiac.

En el Parking Norte de la Expo, las fiestas comenzaron a pleno rendimiento para los voluntarios de DYA. La tendencia, no obstante, cambió a principios de semana. "Durante las primeras 48 horas vino un montón de gente, pero el resto de noches han sido bastantes tranquilas", afirma Jorge Gracia, responsable del operativo y secretario de DYA en Zaragoza.

Allí han atendido, sobre todo, "intoxicaciones etílicas, agresiones y caídas". "Hasta ahora llevamos unas 200 asistencias", expone. Los datos oficiales corroboran su versión, ya que la mitad se registraron en solo dos días (65 durante la primera noche y 48 durante la segunda). "El resto nos hemos movido en unas 15. El viernes, por ejemplo, fueron 22", agrega.

El equipo, del que forman parte cinco médicos, cuatro enfermeras, cuatro conductores, un vehículo de logística y rescate, otro de intervención rápida y cuatro uvis móviles, trabaja tanto en el Parking Norte como en su entorno. Al puesto, situado

en la entrada del recinto, llegan tanto adultos como menores de edad (los primeros suelen representar una cuarta parte de los casos). "Este viernes actuó Melendi y registramos muchas crisis nerviosas. También varias intoxicaciones etílicas", indica Gracia.

Este año, el suceso más grave ha sido una intoxicación por drogas. "La persona en cuestión tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital", asegura. Al igual que en Cruz Roja, los voluntarios de DYA esperan que estas últimas horas sean especialmente ajetreadas.

Comportamientos incívicos

Vecinos del Actur y Valdespartera, donde se ubican el Parking Norte y el Espacio Z, critican los comportamientos incívicos que se han venido registrando en las últimas horas en el entorno de los grandes escenarios de las fiestas del Pilar. Al margen de la suciedad en parques y zonas verdes, problema que se repite año tras año, los hay que han detectado destrozos en el mobiliario urbano. Un ejemplo: la marquesina de Margarita Xirgu, donde un panel de cristal ha aparecido hecho añicos.