Cariñena brinda con vino por el trabajo de todo un año

La localidad zaragozana de Cariñena se ha vuelto a erigir, como cada año en estas fechas, como la capital mundial del vino con la celebración de su vistosa y original Fiesta de la Vendimia.

Vendimia en Cariñena
Vendimia en Cariñena
A. Macipe

La localidad zaragozana de Cariñena se ha vuelto a erigir, como cada año en estas fechas, como la capital mundial del vino con la celebración de su vistosa y original Fiesta de la Vendimia, declarada de Interés Turístico de Aragón, la única en España en la que se puede ver una fuente manando vino.

Aguarón, Aladrén, Alfamén, Almonacid de la Sierra, Alpartir, Cariñena, Cosuenda, Encinacorba, Longares, Mezalocha, Muel, Paniza, Tosos y Villanueva de Huerva están de enhorabuena y hacen un breve paréntesis de las labores de recogida de la uva, que todavía continúan tras un mes de campaña, para celebrar en torno al producto que les une y les da sustento: el vino.

Estos 14 municipios, entre el valle del Ebro y la Ibérica zaragozana, caracterizados por su suelo rojizo y pedregoso del que brotan las cepas, son los que componen la Denominación de Origen Protegida (DOP) Cariñena y se han dado cita en el día de hoy en su centro neurálgico.

Ante una plaza repleta de vecinos y visitantes desafiando a las altas temperaturas, el llamado Acto de Exaltación del Vino ha seguido con el protocolo marcado por décadas de tradición.

Los encargados de pisar las uvas

En esta ocasión han sido María Pilar Lorente y Diego Campos, dos jóvenes de Almonacid de la Sierra, los encargados de pisar las uvas para que de sus granos saliera el primer mosto del año, entregado en ofrenda al Santo Cristo de Santiago, patrón de Cariñena.

Lo han hecho, como no podría ser de otra forma en una tierra aragonesa como la que más, a ritmo de jota, concretamente de la popular jota que anuncia la salida del último toro de la tarde en la plaza de toros de Zaragoza.

El acto ha concluido con el momento más esperado, la verdadera imagen de la fiesta, la del encendido de la fuente a cargo del invitado de honor de este año, el periodista deportivo José Ramón de la Morena.

Pero por un día no será el agua la que salga por los distintos caños de la Fuente de la Mora de Cariñena, sino miles de litros de vino en una especie de milagro al más puro estilo del relato bíblico de las bodas de Caná, con el que ha bromeado el invitado de honor al dedicar unas palabras a los asistentes.

El periodista, convertido también a viticultor -elabora 200 botellas de su propio vino blanco para repartir entre amigos- se ha valido también de una cita del cantautor y poeta argentino Alberto Cortez para ensalzar este "néctar de dioses": "el vino puede sacar cosas que el hombre se calla".

El líder de la radio deportiva ha recibido también el honor de imponer sus manos en el que ya se denomina el "Paseo de las Estrellas" y se suma así a los miembros superiores de otros personajes ilustres como David Trueba, Gabino Diego, Miguel Ángel Lamata, Paula Ortiz, Eduardo Noriega, Elvira Lindo y Luisa Gavasa, todos ellos ya embajadores del vino de Cariñena.

Antes fue el turno de los representantes institucionales, sobre todo del nuevo presidente del Consejo Regulador de la DOP, Ignacio Casamitjana, quien se estrenaba en estas lides.

Ha querido dar su homenaje "más caluroso" a los 1.500 viticultores de la zona que durante todo el año desafían al tiempo y miman sus viñas para obtener el producto final.

Casamitjana ha recordado que las labores de cosecha se alargan "más allá del último sarmiento" y ha pedido "unión, confianza y un mínimo grado de paciencia" para alcanzar el objetivo de vender cada vez más vinos y tener una denominación más rentable para los habitantes de la zona.

Por su parte, encabezando la comitiva del Gobierno de Aragón -han acudido tres consejeros al acto-, el titular de Presidencia, Vicente Guillén, ha reafirmado su compromiso con la agroalimentación, no solo por su contribución al PIB regional, sino porque "cada nueva cepa" es una "nueva familia" para luchar contra la despoblación.

Además, el vino también es cultura, mitología, historia o música, y por ello ha reivindicado el enoturismo, que llega a la zona gracias a la Ruta del Vino de las Piedras.

Mientras tanto, cuando acabe el fin de semana el agua volverá a sustituir al vino en la Fuente de la Mora, las bodegas continuarán a pleno rendimiento y ese profundo olor a mosto tan típico de septiembre seguirá impregnando las calles de estos 14 municipios, ya que la vendimia no para en una campaña en la que el Consejo Regulador espera recoger unos 77 millones de kilos de uva de una calidad "excelente".

Un vino que en dos terceras partes irá destinado a la exportación, con Estados Unidos y Reino Unido como socios principales y con los "cariñenas" tratando de hacerse hueco en los mercados de Bélgica o Países Bajos, al igual que de ganar terreno en el ámbito nacional.

Además, las expectativas son de mejorar las cifras de comercialización de 2016, cuando solo en el primer semestre se vendieron 53 millones de botellas.

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