La apuesta sureña por los frutos rojos afecta al flujo de temporeros que llegan a Aragón

La fiebre por el cultivo del arándano y otros frutos rojos distintos a la fresa que se ha instalado en los últimos años en la provincia de Huelva está alterando el flujo de temporeros que se mueve cada año por España y modificando, por ende, las dinámicas de llegada de trabajadores a Aragón justo en el momento del año en el que el campo aragonés presenta una mayor necesidad de mano de obra.

El mes de mayo siempre es el mes más fuerte del año en lo que respecta a la contratación del sector agrario en la Comunidad. Aragón tiene más de 38.000 hectáreas de cultivos de fruta dulce y ese mes arranca la recolección de las primeras variedades. De hecho, Aragón, con 25 millones de kilos, es la segunda región de España productora de cereza, un fruto que requiere ser recogido con celeridad para evitar que se estropee y cuya temporada arrancó ya en Caspe a finales de abril.

Tradicionalmente, los recolectores de la fresa en Huelva se desplazaban a finales de abril, cuando la temporada de este fruto tocaba su fin, hacia las tierras de Aragón y el valle del Jerte para participar también en la recolección de la cereza. Sin embargo, el espectacular crecimiento de la producción de arándanos en Huelva ha provocado que muchos prolonguen su estancia en tierras sureñas, pues la temporada de este fruto no arranca hasta mediados de mayo y se alarga además hasta principios de julio.

Según informó la Asociación de Productores y Exportadores de la Fresa de Huelva (Freshuelva) la región ha incrementado un 150% la superficie destinada a la producción del arándano desde el año 2011. Es más, solo en la última temporada la extensión dedicada al arándano, las frambuesas y las moras ha experimentado un crecimiento del 22% mientras caían un 7% las hectáreas dedicadas a la fresa.

Preocupación en el sector

Agustín Sánchez, gerente de la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Margen Derecha del Ebro (Aeamde), informa de que ya el año pasado se detectaron momentos en los que había necesidades de mano de obra no cubiertas y reconoce que la evolución del mercado de trabajo despierta cierta preocupación entre los agricultores de la zona. "La incorporación de nuevas especies frutales en otras regiones está modificando el modelo productivo", confirma Sánchez.

De hecho Vicente López, el responsable de frutas de UAGA-COAG, confirmaba hace unos días la "falta de mano de obra" en Aragón para la recolección de la cereza y animaba a los temporeros españoles sin trabajo a acudir a la recogida.

Suma de factores

Y es que, además de la gran necesidad de mano de obra que requieren los frutos rojos que se cultivan en el sur, se prevé que otros cambios como la recuperación económica que han experimentado algunos sectores de la economía española y el desarrollo del tejido productivo en Rumanía afecten también al volumen y el perfil de temporeros que llegan a Aragón.

"Hace siete u ocho años los temporeros españoles oscilaban entre el 33 y el 35% pero en los últimos años, con la crisis, habían aumentado hasta el 45%. Es probable que esta tendencia vuelva a invertirse, al igual que la llegada de trabajadores de nacionalidad rumana", aventura Sánchez. Los trabajadores procedentes de Rumanía venían representando en los últimos años al 20% de los temporeros que participaban en la campaña de recolección de fruta dulce en Aragón.