Cinco años de fuga y dos asaltos violentos pueden costar al Kiko casi una década en prisión

Los GOES detuvieron en febrero al veterano atracador de bancos Francisco Gómez en su escondite de La Magdalena.

El delincuente Francisco Gómez, con la cabeza cubierta, tras su arresto el pasado 1 de febrero.
Cinco años de fuga y dos asaltos violentos pueden costar al Kiko casi una década en prisión
Toni Galán

"Necesito 300 gramos de oro para la hipoteca". Esa fue la irónica respuesta que Francisco Gómez, alias el Kiko, dio a la empleada de la joyería Oroel de Zaragoza cuando al verlo tras el mostrador esta le preguntó qué deseaba. Acto seguido, el delincuente desenfundó una pistola y se la puso en la cabeza a la dependienta. "Métete para adentro, no grites, levanta las manos y tírate al suelo", le espetó.

Con estas peculiar tarjeta de presentación reaparecía el pasado 18 de noviembre en un establecimiento de la calle de San Jorge el veterano y experimentado atracador de bancos, al que las Fuerzas de Seguridad seguían la pista desde hace cinco años. Porque, cuando cumplía condena en la cárcel de Zuera, aprovechó un permiso carcelario para darse a la fuga y nunca más se supo de él.

Fueron precisamente el asalto violento a la joyería Oroel y otro similar perpetrado en las mismas fechas en una vivienda del Coso los que permitieron a la Policía Nacional estrechar el cerco sobre el Kiko. De hecho, apenas un par de meses después, el Grupo de Operaciones Especiales de la Jefatura Superior de Aragón tomaba al asalto el piso de La Magdalena donde se ocultaba junto a su compañera sentimental, Susana D. G., también detenida entonces por su presunta participación en uno de estos últimos golpes.

El enorme despliegue policial, que obligó a cortar la calle de San Agustín para colocar una furgoneta bajo el balcón de la vivienda de Francisco Gómez y poder acceder así a ella, causó una gran expectación entre los vecinos del barrio, que por aquel entonces ignoraban quién podía merecer tantas precauciones.

Pero los esfuerzos de la Policía Nacional no fueron en balde, ya que gracias a ellos la Fiscalía podrá sentar ahora en el banquillo al Kiko por sus dos últimos atracos en la capital aragonesa. Por cada uno de ellos pide una pena de cuatro años y medio, por lo que al experimentado delincuente –al que defiende el letrado Javier Elía– esos golpes podrían costarle ahora casi una década entre rejas.

Siempre armado con una pistola

Recuerda la acusación pública en su escrito de calificación que en ambos asaltos el atracador se sirvió de un arma de fuego y de una pistola eléctrica para intimidar a sus víctimas. Para que el octogenario inquilino de la vivienda del Coso le abriera la puerta se hizo pasar por miembro de una asociación que recogía firmas contra la violencia de género. Una vez dentro, encañonó al hombre en el entrecejo y de un empujón le hizo caer al suelo. Gómez preguntó por la caja fuerte, pero lo único que pudo llevarse de allí fueron 450 euros en efectivo y un par de gemelos de oro.

Más cuantioso fue el botín que el Kiko obtuvo del asalto a la joyería Oroel, donde se hizo con un reloj de oro, un collar de brillantes y rubíes y diversas joyas. Todo ello, valorado en casi 25.000 euros.

La última condena que pesa sobre este delincuente data de mayo de 2009, cuando aceptó seis años y medio por asaltar tres bancos en Zaragoza durante el verano de 2008. El primero de los asaltos se produjo el 21 de agosto en una sucursal de Caixa Penedés de Las Delicias, donde logró un botín de 22.050 euros. El atracador reapareció el 9 de septiembre en una sucursal de Banesto de la avenida de Cataluña de la que se llevó otros 7.405 euros. El tercer golpe se produjo el 3 de octubre de ese mismo año en otra oficina de Caixa Penedés de la avenida de Madrid, donde logró 9.720 euros.

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