El caso del decapitado de Ejea se juzgará en abril, dos décadas después del asesinato

Será dos meses antes de prescribir el delito. El fiscal pide 18 años de cárcel para el acusado, Pablo Miguel C.L..

Un jurado popular juzgará el próximo mes de abril en la Audiencia de Zaragoza a un hombre que se enfrentará a una petición fiscal de 18 años de prisión por el violento asesinato, dos décadas atrás, de Eduardo Montori en su domicilio en la localidad de Ejea de los Caballeros.

La labor del laboratorio central de criminalística de la Guardia Civil, con los nuevos medios tecnológicos disponibles en la actualidad, permitieron identificar, dos meses antes de la prescripción del delito, una huella dactilar impresa en una mancha de sangre.

El acusado, que ya fue arrestado en octubre de 1996, un mes después de producirse el crimen, recibió la noticia de su procesamiento en julio del año pasado en la prisión de Zuera, donde cumple condena por otros delitos relacionados con peleas en bares de Ejea.

A raíz de un atestado de la policía local de esta localidad de noviembre de 2015 que relata que el procesado amenazó a los agentes que le custodiaban en el calabozo "con matarlos, igual que había matado a Eduardo Montori", la titular del Juzgado de Instrucción de Ejea acordó reabrir el caso y enviar las huellas obtenidas en la inspección ocular a los expertos de la Guardia Civil.

Con los nuevos medios disponibles, éstos confirmaron que la huella situaba al acusado, Pablo Miguel C.L., en la escena del crimen.

En su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso Efe, el fiscal relata que en la madrugada del 9 de septiembre de 1996 el acusado accedió al domicilio de la víctima, con la que mantenía una relación de amistad y con el que se dedicaba al tráfico de drogas "a baja escala".

Destaca la acusación pública que tras una discusión posiblemente relacionada con el tráfico de drogas, el procesado, que contaba entonces con 24 años, le asestó a su víctima múltiples puñaladas en el tórax que le causaron dieciséis heridas que afectaron en su mayor parte a órganos vitales.

Añade que con las sucesivas puñaladas infligidas el acusado "aumentó deliberada e inhumanamente el dolor de la víctima, causándole un sufrimiento innecesario antes de que se produjera la muerte".

El escrito señala que el acusado depositó posteriormente el cadáver en la cama de la propia víctima y le cortó la cabeza con el arma blanca que portaba antes de quemar el cuerpo.

La cabeza de Montori nunca llegó a ser localizada por los agentes de la Guardia Civil que se hicieron cargo de la investigación del crimen.

El fiscal tipifica los hechos como un presunto delito de asesinato y solicita para el acusado una condena de 18 años de prisión, así como el pago de una indemnización de 80.000 euros al hijo de la víctima.

Por su parte, el representante de la acusación particular, el abogado zaragozano Javier Notivoli, tipifica también los hechos como un delito de asesinato pero eleva la petición de condena a 20 años de prisión.

Subsidiariamente, en caso de descartarse la acusación por asesinato, este letrado, que representa a la viuda del fallecido y a su hijo, reclama una condena de 15 años de cárcel para el procesado por un delito de homicidio doloso.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, Notivoli valora la nueva prueba incriminatoria aportada por la Guardia Civil a raíz de la reapertura del caso e insiste en que el crimen fue por sorpresa y sin posibilidad de defensa por parte de la víctima.

A este respecto, señala que ni la puerta ni la ventana del domicilio del fallecido estaban forzadas.

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