Seis años de cárcel por colarse en casa de una vecina de Malón, amenazarla de muerte y retenerla

El agresor, en prisión preventiva desde mayo de 2016, accedió a la vivienda en plena madrugada y lesionó a la mujer.

El Juzgado de lo Penal número 6 de Zaragoza ha condenado a seis años de cárcel al vecino de la localidad navarra de Cascante, Luis Miguel Sánchez Magaña, acusado de colarse en la casa de una vecina de Malón, amenazarla de muerte con una pistola, retenerla contra su voluntad durante más de una hora y provocarle policontusiones, contractura y posterior crisis de ansiedad. El agresor estaba en prisión preventiva desde mayo del año pasado.Los hechos ocurrieron en la madrugada del 20 de marzo de 2016. Según declaró la denunciante, que había llegado hace unos tres meses al pueblo con la intención de abrir una casa rural, el hombre se coló en el patio trasero de la vivienda, subió a la terraza y aprovechó que la puerta no tenía el pestillo de seguridad para entrar. Al verlo en el interior de la casa con una pistola en la mano, intentó huir, pero él la agarró del pijama dejándola desnuda de la cintura para arriba. La mantuvo retenida más de una hora, tiempo en el que la amenazó y le impidió forcejeando que saliera de la casa.

La sentencia condena a Sánchez Magaña a tres años de prisión por el delito de allanamiento de morada en concurso con delito de amenazas graves y delito de lesiones. Le impone otros tres años por un delito de detención ilegal. Además, la juez le impone la pena accesoria de prohibición de aproximación a menos de cien metros y de comunicación durante tres años por cada uno de los delitos, así como al pago de una indemnización a la denunciante –cuya acusación particular lleva la abogada Xenia Cabello– de 9.734,40 euros y las costas del proceso judicial.

La magistrada considera que la prueba testifical de la víctima fue concluyente al ofrecer "un testimonio serio, detallado, coherente y contundente y cuyo valor probatorio de cargo es indudable al no aparecer razones objetivas que invaliden sus afirmaciones o provoquen dudas que impidan alcanzar este estado de convicción". Destaca también que, con anterioridad a estos hechos, el encausado y la víctima no se conocían.

En la sentencia divide el testimonio de la mujer en tres partes. En la primera, ella trata por todos los medios de escapar y él llega a decirle "te voy a matar". En la segunda, la mujer deja de forcejear y le repite que tiene familiares que la necesitan ante el temor a que la mate. Es entonces cuando envían un mensaje al móvil al agresor y este dice "Ay, Dios, tengo novia". En la tercera, el encausado le repite que se verán por Malón y hablarán del incidente tomando un café, contestando ella que sí para tranquilizarlo, hasta que puede cerrar la puerta y llamar a varios amigos para contarles lo ocurrido.

Aunque todavía cabe interponer recurso por las partes, la juez mantiene la prisión preventiva del condenado hasta que la sentencia sea firme.

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