Rosario Gómez: "Velilla de Ebro podría convertirse en la Dinópolis del mundo romano"

Gómez Puyoles (Zaragoza, 1960) entró en política con el PAR en 2007, cuando se presentó a la alcaldía de este pequeño pueblo de 230 habitantes. Es su tercera legislatura.

Rosario Gómez Puyoles defiende el turismo cultural como motor de desarrollo.
Rosario Gómez: "Velilla de Ebro podría convertirse en la Dinópolis del mundo romano"
Aránzazu Navarro

De pequeña paseaba entre las ruinas del yacimiento romano.

Me llevaba mi abuelo. Siempre me sorprendía que en medio de aquel páramo hubiera fustes de columnas o capiteles tirados por el suelo que yo asociaba a Roma o Grecia. Más adelante supe que eran los restos de la colonia Lepida Celsa y de ahí nació mi vocación por el arte y la arqueología.

Es una firme defensora de este pasado de Velilla.

Entiendo que en un municipio pequeño, a 50 kilómetros de Zaragoza, dar a conocer un yacimiento arqueológico de estas características puede representar la supervivencia del municipio, sobre todo porque puede aportar empleo en el sector servicios.

¿Cree que es un patrimonio suficientemente conocido?

A nivel de expertos, por supuesto. El problema es que no se ha difundido como se merece. Es el único yacimiento en Aragón pegado a un casco urbano habitable, pero no ha tenido una buena suerte histórica.

A pesar de ser Bien de Interés Cultural arrastra desde hace años numerosos problemas.

El proceso de expropiación se inició en 1972 y se amplió 10 años después y, a día de hoy, solo se ha pagado el 25% del suelo. Uno de los grandes perjudicados es el Ayuntamiento. Nosotros estaríamos dispuestos a ceder ese terreno a cambio de formar parte de la gestión del yacimiento, que podría ser a través de un consorcio.

¿Apuesta por el turismo cultural?

Es uno de los grandes motores de desarrollo del mundo rural. Velilla reúne las condiciones para ser la Dinópolis del mundo romano. Tenemos casi 51 hectáreas de la ciudad romana.

Los vecinos se implican también en su promoción.

El Ayuntamiento impulsó varias actividades para formar a vecinos en el yacimiento y hace unos años se puso en marcha la asociación Los trabajos de Hércules, que realiza visitas guiadas teatralizadas o recreaciones históricas, como la que celebramos a principios de junio.

Ha sido muy crítica con la actuación del Gobierno de Aragón respecto al yacimiento.

Sí, porque entiendo que nos hemos sentido siempre muy abandonados. No puede ser que sientas tan lejano Madrid como Zaragoza para muchas cosas.

¿Una de sus ideas es buscar financiación a través del ‘crowdfunding’?

Primero hay que buscar una fórmula jurídica, donde participarían las administraciones implicadas y, además, podríamos lanzar una campaña para vender pequeñas unidades de tierra a 8 euros el metro cuadrado. El objetivo sería impulsar un proyecto cultural, no buscar rentabilidad.

El pueblo no llega a los 240 habitantes y casi toda su superficie tiene protección medioambiental y cultural. ¿Cómo es la gestión municipal?

Tenemos el 90% del suelo hipotecado, y eso provoca muchas limitaciones. No queremos plantear grandes crecimientos urbanísticos, sino apostar por conservar y rehabilitar la arquitectura tradicional. Que Velilla fuera el municipio de referencia en el tema de patrimonio y la cultura dentro de la comarca.

El pasado año llevó a los tribunales a la DGA por la devolución de una ayuda para el PGOU. ¿En qué fase está este contencioso?

Estamos a la espera de que se pronuncie la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

Además del yacimiento, Velilla es también conocida por la leyenda de su campana…

Tenemos tres hitos fundamentales: la colonia Lepida Celsa, la campana (que es la seña de identidad y aparece también en el escudo) y el norial de doble rueda. Es el único que está en funcionamiento en toda Europa. Lo hemos rehabilitado y en el piso superior está el molino harinero.

¿Cuesta mantener los servicios?

Muchísimo. A menor población, más caros son los servicios, pero hay que darlos.

¿Hacen falta soluciones imaginativas contra la despoblación?

La provincia de Zaragoza es un ejemplo de cómo la capital ha devorado al resto del territorio de forma implacable. Se podría lanzar una fórmula de doble empadronamiento. También defiendo el concepto de carga de paisaje por habitante. En Aragón, el 80% del territorio es responsabilidad de menos del 20% de la población.

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