Un vecino de Épila mata de un disparo a otro al que exigía el arreglo de la cueva que le vendió

Los médicos estuvieron hora y media intentando salvar a la víctima, de 51 años, pero no fue posible. El agresor, de 57 años, se dio a la fuga, pero fue detenido después en el barrio de Los Cabezos.

El crimen se produjo a las puertas de la casa de la hermana del fallecido.
El crimen se produjo a las puertas de la casa de la hermana del fallecido.
Aránzazu Navarro

Un vecino de Épila, de nombre Javier Martínez Gracia y de 51 años, fue asesinado ayer por la tarde de un disparo efectuado por otro hombre al que la Guardia Civil logró detener apenas tres horas después. Al parecer, ello fue posible gracias a que hubo testigos presenciales del crimen que pudieron identificar sin ningún género de dudas al agresor, otro vecino de la localidad, de 57 años y al que apodan ‘La Carmen’. Según informó anoche la Comandancia de Zaragoza, aunque este huyó tras hacer los disparos, se refugió en el barrio de Los Cabezos y allí se procedió a su arresto.

El homicidio se produjo en torno a las 18.00 a la altura del número 4 de la calle del Doctor Loriente, lugar donde reside una hermana de la víctima. Al parecer, el agresor sabía que Javier Martínez estaba por los alrededores, por lo que fue a buscarlo con una bolsa de plástico en la mano. Según habrían explicado los testigos a los investigadores, nada más encontrárselo y sin mediar palabra, ‘La Carmen’ –de quien no se ha facilitado la identidad– sacó de la bolsa un arma y abrió fuego contra la víctima. Aunque fueron dos los disparos que efectuó, solo le alcanzó uno que desgraciadamente fue mortal. El proyectil le entró por el hombro izquierdo y afectó a órganos vitales.

Los vecinos introdujeron malherido a Javier Martínez en el domicilio de su hermana, donde muy poco después era atendido por los médicos del centro de salud de Épila, que estuvieron casi hora y media tratando de mantener sus constantes vitales. Sin embargo, la gravedad de las lesiones que presentaba terminaron provocando su muerte, que se certificó en torno a las 19.30. Ni siquiera llegó a trasladársele a un centro hospitalario, por lo que fue en el propio lugar del crimen donde recogieron después el cadáver para llevarlo al Instituto de Medicina Legal de Aragón, donde hoy se le practicara la autopsia.

Avisadas de lo ocurrido, varias patrullas de la Benemérita acudieron rápidamente al lugar del crimen. Tras averiguar por boca de algunos testigos quién podía ser el autor de los disparos, montaron enseguida un dispositivo de rastreo para tratar de localizarlo. Para ello, contactaron con varios de los familiares del homicida, que también residen en esta localidad de la comarca de Valdejalón.

Disputa por unas obras

La noticia corrió como la pólvora entre los vecinos de Épila, para los que son sobradamente conocidos tanto el agresor como el fallecido. En cuanto a este último, casado y con dos hijos (niño y niña), empleado de la empresa Lear, todo eran cariñosas palabras. "Buen vecino, buena persona, trabajador... No sé ni qué decir. Ha sido un gran mazazo para todos", se lamentaba una de las muchas personas que se concentraron en torno al lugar de los hechos.

La Policía Judicial trata de concretar ahora cuáles fueron los motivos que llevaron al homicida a abrir fuego contra la víctima. Al parecer, esta vendió hace unos diez años una cueva en los Cabezos a su atacante, quien ahora llevaba algún tiempo detrás de él para que le sufragase unas obras que tenía que hacer en la misma. Según algunos vecinos, dado el tiempo transcurrido desde la venta, el tiroteado no estaba dispuesto a hacerse cargo de esta reparación, lo que no ha podido encajar el agresor.

Lugar donde se han producido los hechos, según las primeras informaciones

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