Cada billete del transporte público que se saca en Zaragoza le cuesta al Ayuntamiento unos 0,44 euros. En cifras globales, la subvención de los viajes en autobús y tranvía, así como la construcción y el mantenimiento de las infraestructuras necesarias para prestar el servicio, le cuestan al Consistorio en torno a 51 millones de euros al año como media. Se trata de una cantidad variable debido a los complejos sistemas de financiación pero que, lejos de disminuir, tiende a aumentar, y que en los últimos años ha sufrido el impacto que ha provocado la construcción de la línea 1 del tranvía.

La comparativa entre lo que cuesta un medio de transporte y otro es compleja, ya que cada sistema tiene su propio mecanismo de financiación. Si se incluyen las inversiones que hay que hacer (o que ya se han hecho) para que los autobuses y los tranvías puedan circular (compra de vehículos, infraestructura tranviaria y un largo etcétera), al Ayuntamiento le salen más caros los billetes del tranvía: 0,53 euros por viajero frente a los 0,41 del autobús. Es decir, casi un 30% más caro –siempre teniendo en cuenta que no son cifras del coste del servicio, sino que incluyen todas las inversiones–.

Cabe señalar que en las cifras entran los costes de construcción de la obra tranviaria, que incluyó gastos que iban más allá de los necesarios para que los convoyes circularan, como la renovación de tuberías, la sustitución del cubrimiento del Huerva o la urbanización de las aceras, entre otros. Fuentes del gobierno de ZEC estiman que, excluyendo estas obras, la subvención municipal al billete del tranvía sería "solo ligeramente más elevada" que la del autobús.

La mayor parte del presupuesto dedicado a movilidad se va al servicio del autobús que, lógicamente, es el que mayor número de usuarios tiene. Además, hay que tener en cuenta que estos vehículos tienen que recorrer grandes distancias para, en ocasiones, recoger pocos viajeros, por lo que pierde rentabilidad. El tranvía, en cambio, tiene asegurada una elevada demanda por atravesar zonas densamente pobladas y acercar a sus habitantes al centro de la ciudad.Dos sistemas diferentes

El año pasado, el Ayuntamiento pagó a Auzsa facturas mensuales por el servicio por valor de 31,4 millones de euros. La concesionaria del autobús cobra por el número de kilómetros que hacen los vehículos. Se queda con la recaudación que saca por los billetes, pero el Consistorio tiene que pagar la diferencia entre esa cantidad y el coste final.

El precio real del servicio del autobús se completa con lo que el Ayuntamiento paga a Auzsa por las inversiones que tiene que realizar a lo largo de la contrata. Cada año es una cantidad diferente, pero los casi 50 millones en diez años suponen una media de 4,9 millones de media al año. En total, y teniendo en cuenta que el año pasado el servicio de bus tuvo 87,9 millones de clientes, el coste del servicio y de la infraestructura del bus exigió al Ayuntamiento el pago de 0,41 euros por billete –haciendo una media–.

En el caso del tranvía, el sistema es diferente. La sociedad Los Tranvías de Zaragoza gira al Ayuntamiento facturas trimestrales que incluyen dos conceptos: el pago por usuarios (PPU), que se abona según el número de viajeros, y el pago por disponibilidad (PPD), que es una cantidad que se paga por que la empresa ponga a disposición de la ciudad la infraestructura tranviaria, y que es una cantidad fija de en torno a los 3,6 millones al año.

A este coste anual del servicio habría que sumar lo que el Ayuntamiento ha tenido que pagar por la construcción de la infraestructura tranviaria (plataforma, catenarias, tranvías...). Estos costes se sufragaron mediante un sistema mixto de financiación público-privada, en la que el Ayuntamiento tuvo que poner 64,3 millones. Como la concesión tiene una duración de 35 años, esa inversión inicial ya realizada tiene un coste de 1,83 millones anuales. Con todo ello, la subvención que tiene que dar el Ayuntamiento a cada viaje en el tranvía se eleva hasta rozar los 0,53 euros, aunque en la cifra se incluyen inversiones que van más allá de la infraestructura tranviaria.

Por último, hay que tener en cuenta que en la cantidad que se paga a la sociedad Los Tranvías de Zaragoza también se incluye el mantenimiento de la plataforma del tranvía y de sus marquesinas, mientras que el desgaste de la calzada que producen los autobuses y la limpieza y conservación de sus paradas corren de cuenta del Consistorio.