Las calles de Ejea se llenan de música y de color blanco

El saxofonista José Miguel Pérez leyó el pregón en un acto multitudinario.

Numerosos jóvenes participaron ayer en el chupinazo que da inicio a las fiestas de Ejea.
Numerosos jóvenes participaron ayer en el chupinazo que da inicio a las fiestas de Ejea.
Ana Gª Cortés

"Este pregón tiene que ser interactivo y quiero que lo paséis bien. Mis primeras palabras quiero que sean de agradecimiento. Para un hijo de este pueblo es todo un honor ser pregonero". Con esta frase, el saxofonista José Miguel Pérez ‘El Baño’ se dirigió a todos los ejeanos que esperaban ansiosos la lectura del pregón. Un inicio de las fiestas multitudinario por el gran número de personas que aguardaban a los pies del consistorio. El colorido y la diversión los pusieron una vez más los vecinos, con pancartas de las peñas y disfraces.


Ejea es un pueblo de pregoneros muy musicales y ayer volvió hacer gala de ser la ciudad de la música. José Miguel Pérez es saxofonista y un polivalente instrumentista que durante su carrera ha tocado con lo más granado del panorama musical, desde Celia Cruz y la Orquesta Mondragón hasta Joaquín Sabina, Serrat o José Luis Perales.


Musical y de los más animados. Así describían los ejeanos el pregón de este año. "Os pido que demostréis lo que somos, la mejor ciudad de Aragón. Este año tenemos a un virtuoso de la música, José Miguel Pérez", reseñó la alcaldesa, Teresa Ladrero. Un arranque de fiestas que contó también con la presencia del presidente del Gobierno de Aragón, el ejeano Javier Lambán. "José Miguel representa a Ejea por todo el mundo exhibiendo lo que somos los ejeanos, gente con talento y comprometida", señaló Lambán.


La celebración, amenizada en todo momento por la música de las charangas, llevó a los vecinos por diferentes calles de la localidad hasta el río Arba y la fiesta de la espuma, para dar así por inaugurados los festejos. Un ritual que se repite año tras año y que cada vez congrega a un mayor número de personas. Y mientras buena parte de los ejeanos disfrutaban de la fiesta y dejaban atrás la puerta del ayuntamiento, otros comenzaban su trabajo. Las brigadas de limpieza iniciaban una ardua tarea: recoger los residuos en uno de los puntos neurálgicos del día.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión