El Cipotegato desborda la alegría en Tarazona

El personaje salió a las 12.00 desde la plaza de España. Por la tarde, las charangas toman el relevo.

Foto archivo de la celebración del Cipotegato
Foto archivo de la celebración del Cipotegato

El Cipotegato 2016, Jesús Chaves Crespo de 38 años de edad, ha cumplido este sábado su sueño de vestirse con el traje arlequinado y con él miles de turiasonenses y visitantes han vibrado durante su salida de la casa consistorial, pero sobre todo cuando, a la vuelta, se ha subido a la estatua para recibir el aplauso de todos los que se han congregado en la plaza de España.


Le ha costado mucho salir de la aglomeración y empezar el recorrido que había escogido por el centro de la ciudad, pasando por la catedral de Santa María de la Huerta. “Salir por la puerta es impresionante, juntarte con la gente, pasar de los nervios y la tensión a la explosión de felicidad de toda la gente que está ahí, pero luego también es la presión, el tomate, el calor…”, ha dicho tras recuperar el aliento y todavía cansado por el esfuerzo realizado.


Finalmente se han cumplido las previsiones que adelantaban una gran afluencia de público por ser sábado y la ciudad está desbordada de gente, pero por fortuna no ha habido que lamentar ningún gran incidente y este acto, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, se ha desarrollado con la normalidad habitual.


La plaza se ha empezado a llenar bastante pronto y es que el ambiente estaba a pie de calle desde primera hora de la mañana gracias a los almuerzos de las peñas y cuadrillas. Los tomates volaban ya bastante antes de las doce del mediodía, aunque cuando han resonado las campanas una verdadera lluvia roja de proyectiles ha invadido la plaza, todos con un único destinatario, el Cipotegato.


“De los nervios que tenía antes, he pasado a la felicidad más absoluta. Yo ahora me siento la persona más feliz de Tarazona y posiblemente del mundo”, ha comentado sobre la experiencia vivida.


Durante el recorrido cientos de personas han acompañado al personaje rojo, amarillo y verde, y otras tantas se amontonaban por las calles intentando verle entre la marea humana, tarea complicada dada la gran afluencia de personas por todas partes.


El momento más especial, el instante soñado, lo ha vivido Jesús Chaves al entrar a hombros a la plaza y subirse a la estatua que representa al personaje. “Ha costado subir a la estatua porque había mucha gente, mucha presión y a mis amigos les ha costado acercarme hasta allí porque es un momento en el que todos quieren estar muy cerca de la estatua, los que llegan quieren estar ahí y los que ya están no se quieren ir, y al final se sube como se puede”, ha recordado todavía emocionado.


Después, el público se ha empezado a dispersar por diferentes puntos de la ciudad para continuar con la fiesta. Los festejos patronales de Tarazona en honor a San Atilano acaban de comenzar. Por delante quedan todavía varios días, hasta el 1 de septiembre, para disfrutar del buen ambiente y la programación prevista con actos para todas las edades.

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