De Taiwán a Uncastillo

Dos alumnas de la Universidad Nacional de Taiwán, en la que es profesor el zaragozano José Eugenio Borao, participan en el programa arqueológico de Los Bañales.

5. El profesor Borao, en una clase de español para alumnos principiantes
5. El profesor Borao, en una clase de español para alumnos principiantes

Cuando José Eugenio Borao (Zaragoza, 1955), profesor de español en la Universidad Nacional de Taiwán, visitó en 2014 el yacimiento de Los Bañales junto al director de la excavación, Javier Andreu, quedó impresionado al contemplar una antigua ciudad romana tragada por la tierra en una zona semidesértica. “No soy arqueólogo, pero me interesa mucho la prehistoria y la arqueología. Siempre me sedujeron los restos romanos de Zaragoza y los ibéricos de los cabezos cercanos”, recuerda.


Borao es doctor en Historia e imparte clases de español y de cultura española en la ciudad de Taipéi, donde se encuentra la universidad taiwanesa. Cada dos años, dedica un tiempo a explicar a sus alumnos aspectos sobre las ciudades romanas españolas. “En la primera ocasión que se me presentó les hablé de Los Bañales y ellos prepararon una presentación a partir del material existente en internet”. Chi Pei Yuan y Chieh Ying Hung son “dos alumnas de Historia muy identificadas con la clase que se interesaron por conocer de primera mano el yacimiento, así que las puse en contacto con el 'Archaeology Program' que organiza el profesor Andreu, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra”, explica Borao.


Las dos estudiantes estarán en Los Bañales entre el 2 y el 9 de julio para participar en la VIII Campaña de Excavaciones, un programa arqueológico “pensado para acoger a estudiantes internacionales -no necesariamente de Historia- en la excavación y, de ese modo, contribuir a la internacionalización del yacimiento, que ya es una realidad”, cuenta Javier Andreu.


El año pasado también participaron en la excavación dos estudiantes europeos: Floris Tijdink, de la Universidad de Nimega (Holanda) y Egizia Felice, de la Universidad de Oxford. Este año, Chi Pei Yuan y Chieh Ying Hung estarán acompañadas por Arturo Covarrubias, estudiante de la Universidad Católica de Chile, y Georgia Curwen, alumna de la Stockport Grammar School de Mánchester. Durante una semana podrán convivir con los otros estudiantes becados por la Comarca de las Cinco Villas para la VIII Campaña de Excavaciones en Los Bañales.


El grupo que participa este año incluye a estudiantes de Historia de las Universidades de Zaragoza, Navarra, Córdoba, Valencia, Lisboa, Barcelona, Chile, Uruguay, Inglaterra y Taiwán. “Además del trabajo cotidiano de excavación y de laboratorio podrán conocer de cerca los atractivos arqueológicos y artísticos del riquísimo patrimonio cultural de la Comarca de las Cinco Villas. Esa convivencia de estudiantes internacionales con estudiantes españoles forma parte de uno de los objetivos básicos del proyecto de la Fundación Uncastillo en Los Bañales, -subraya Andreu-. Se trata de facilitar espacios de convivencia entre estudiantes en el marco de las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior. Por eso, desde hace años la Fundación ACS o General Eólica Aragonesa, que han entendido ese propósito, colaboran con el yacimiento”.


En la actualidad, los trabajos se desarrollan en el foro de la ciudad romana, la plaza mayor del antiguo municipio, especialmente en su lado Sur y en la parte Norte, donde se han producido interesantes hallazgos en los últimos días. El resultado de los trabajos de estos estudiantes podrá ser visto por el público que se acerque el próximo 24 de Julio a la VIII Jornada de Puertas Abiertas de Los Bañales.

La cultura española en Oriente

José Eugenio Borao indica que en Oriente la cultura española que se conoce, por lo general, se refiere al flamenco, los toros, la gastronomía o el fútbol. “Es difícil que más allá de estos temas surja un interés espontáneo pero en Taiwán los estudiantes están muy abiertos a participar en actividades culturales de verano. Lo normal es ir al extranjero a estudiar una lengua, viajar, participar en campos de trabajo, enrolarse en oenegés para ayudar en países latinoamericanos... Por eso, si un plan de excavaciones abierto a estudiantes extranjeros se organiza convenientemente, sin duda puede despertar la curiosidad por conocer más sobre la cultura española”, apunta Borao.


“Siempre procuro enseñar cosas tangibles y visitables, que puedan fácilmente reconocerse en un viaje a España. En este caso la arquitectura o el urbanismo dan mucho juego y por eso dedico tiempo a hablar de la Hispania romana, ya que la mayor parte de las capitales de provincias españolas provienen de una ciudad romana, cuyos restos son visibles y aún se siguen excavando”, añade.


En opinión del profesor zaragozano, “si bien Los Bañales puede seguir atrayendo a estudiantes extranjeros de arqueología o historia, más difícil es el caso de investigadores ya que los arqueólogos suelen trabajar sobre áreas geográficas uniformes que ya tienen decididas. Por ejemplo, en Taiwán interesa el mundo austronesio, es decir el del Pacífico, como contexto en el que se pueda entender la situación prehistórica de la isla. Pero las cosas cambian, y no me extrañaría que en un futuro tengamos especialistas chinos de la Historia Antigua europea”.

La huella española en Taiwán

Entre 2011 y 2013, el profesor Borao coordinó un proyecto internacional para localizar los restos de un fuerte español en el puerto de Keelung, en Taipéi. Para ello se dieron cita dos equipos arqueológicos: uno del CSIC y otro de la Academia Sínica (el homólogo del CSIC en Taiwán).


“En los tres años que duró el proyecto no pudimos excavar en el fuerte español del siglo XVII, ya que a última hora la compañía de astilleros en donde se ubican los posibles restos nos negó el permiso de excavación, -cuenta Borao-. No obstante, nos cedieron un amplio aparcamiento próximo en donde encontramos parte de la cimentación de un edificio notable que posiblemente corresponda a la iglesia que levantaron los dominicos”.


La excavación se paralizó por la imposibilidad de obtener permisos para continuar los trabajos en áreas urbanizadas. “Lo importante de un proyecto arqueológico no es solo recuperar un patrimonio, sino ser capaz de llevar a cabo su puesta en valor. Por eso vi claro que lo importante no eran las piezas de cerámica o el material lítico que habíamos encontrado en Keelung, sino el hecho de poder documentar un hábitat ininterrumpido en la ciudad de Keelung desde hacía 3.000 años”, relata.


Desde que acabó la excavación, Borao ha organizado 4 exposiciones en diferentes museos de la ciudad. En la última de ellas, se editó un completo catálogo con las 100 piezas más representativas, desde el Neolítico medio de Taiwán hasta la ocupación japonesa. El interludio español (1626-1642) aparece representado por una hebilla de bronce, además de la cimentación mencionada.


La presencia española en Taiwán es un hecho poco conocido fuera de los círculos de estudios de sinología o del Pacífico. Sin embargo, en Taiwán se sabe algo más, ya que “su protohistoria empieza con la llegada de españoles y holandeses”, matiza Borao, quien ha publicado en inglés y en chino en dos volúmenes los documentos pertinentes a dicha historia, y un libro basado en dichos documentos.

También en Filipinas

Borao empezó a interesarse por el legado español en Taiwán poco antes de su llegada a la isla, en 1989. “Durante más de 10 años estuve visitando archivos en Sevilla, Ávila, Manila y Madrid”. En las vecinas islas Filipinas también permanece la huella española con un legado que “se conserva y se procura mantener, pero no es fácil, por lo dilatado y disperso del mismo, y por las condiciones socioeconómicas del país. En realidad, cuando los españoles llegan a Taiwán, esta isla, que llamaban Isla Hermosa, y que toda la vida la hemos conocido como Formosa, era una parte más de su expansión desde Filipinas -explica-.


Por eso, el profesor señala que también quedaron algunos topónimos como Punta Diablos, "aunque adulterado en algo así como 'Yaliou'. Y más interesante es el topónimo de Santiago, nombre que dieron los españoles al primer poblado indígena al que llegaron, y que ha sobrevivido claramente en el cabo en el que se asentaba, llamado Santiao. Este topónimo es el más alejado de la Península de los veinte o treinta que existen por todo el mundo”, afirma.

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