Daroca celebra este jueves el día grande de sus fiestas del Corpus Christi

Los actos festivos se prolongarán durante todo el fin de semana.

Daroca
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Aratur

La localidad zaragozana de Daroca celebra este jueves el día grande de sus fiestas del Corpus Christi, con la tradicional procesión de los Corporales por las calles del municipio.


El alcalde de Daroca, Miguel García, ha subrayado que este jueves "como todos los años desde hace siglos" tendrá lugar la homilía en la Basílica de los Corporales y la procesión con las sagradas formas por la localidad, hasta llegar a la Torreta donde son bendecidas.


En este acto participan "las máximas autoridades civiles y militares", los diputados de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), los miembros de la corporación municipal y otros alcaldes de localidades cercanas. Asimismo, a la procesión asisten los niños que este año han tomado su primera comunión.


Este mismo jueves, por la tarde, se ha programado un espectáculo de variedades en la plaza de la Colegial, actos en el local de Entrepeñas como un concurso de merienda y la actuación del mago Cobretti en la plaza de Santiago.


Asimismo, desde las 23.00 habrá baile popular con la charanga Los Rabudas en esa misma plaza y, después, tendrán lugar los fuegos artificiales y la quema de dos toros de fuego, para subir al pabellón con la charanga a disfrutar, desde la 1.00, de la orquesta Jamaica y de una discomóvil.


Las actividades continuarán todo el fin de semana con pasacalles, campeonatos de guiñote, toros de fuego, espectáculos de humor, conciertos, animación con gigantes y cabezudos, juegos tradicionales y finalizarán el domingo, 29 de mayo, con una cena popular a la que asistirán unas mil personas en la plaza de Santiago, donde se proyectarán imágenes del Corpus. A las 23.00 horas, los fuegos artificiales y la traca final en el paseo Constitución despedirán las fiestas del Corpus este año. 


Con estos actos, Daroca conmemora la fiesta de los Sagrados Corporales que recuerda como unas sagradas formas llegaron al municipio, tras una batalla en torno al año 1238 al sur de Valencia. El aviso de un ataque de los moros a las tropas cristianas coincidió con una misa, lo que llevó al sacerdote a esconder las formas sagradas dentro de unos corporales y en unos matorrales y, cuando las recogió, las hostias se habían marcado con sangre sobre la tela que las tapaba.


Como en la batalla luchaban soldados de distintos lugares, como Teruel, Daroca y Calatayud, y todos querían quedarse con los corporales, se acordó que éstos, colocados en una arquilla, se cargasen sobre una burra o mula que no había estado en tierras cristianas y se dejase al animal en libertad.


Al paso del animal, al parecer, ocurrieron varios milagros hasta que llegó a Daroca, municipio en el que se desplomó y se interpretó que era voluntad divina que los corporales quedasen en esta localidad.

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