Juzgan a un acusado de violar a una joven en el aseo de un pub

?La fiscal solicita siete años de prisión, mientras que la defensa niega los hechos y pide la absolución.

El acusado Enrique M. G., en el momento de entrar a la sala de la Audiencia Provincial.
El acusado Enrique M. G., en el momento de entrar a la sala de la Audiencia Provincial.
José Miguel Marco

La Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a Enrique M. G. por violar presuntamente a una joven en los baños de un bar de la capital aragonesa. El hombre se enfrenta a una petición de condena por parte de la Fiscalía de siete años de prisión que la acusación particular, en nombre de la chica, eleva a nueve años. Además, ambos exigen el alejamiento y la prohibición de comunicarse con ella y le atribuyen una falta de lesiones por la que le piden una multa de 480 euros. Por su parte, el acusado niega ser autor de cualquier tipo de agresión y su abogada solicita para él una sentencia absolutoria.


El juicio se celebró a puerta cerrada a petición de la denunciante, que declaró protegida tras un biombo. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 18 de marzo de 2014 en un bar de copas de la calle de Benavente. La joven se encontraba con un grupo de amigos cuando, en un momento determinado, se dirigió al baño de mujeres. Tras entrar en la zona común de lavabos, en la que no había nadie, accedió al habitáculo del inodoro y se sentó en la taza para hacer sus necesidades fisiológicas. De repente, Enrique M. G., al que no conocía de nada, se introdujo en el servicio de señoras y abrió violentamente la puerta, que la joven no había cerrado con pestillo, y la sorprendió con la prenda interior y las medias bajadas. Según las acusaciones, el acusado se abalanzó sobre la chica y tras agarrarla con fuerza y con ánimo de satisfacer sus deseos, le dio la vuelta y comenzó a agredirla sexualmente.


El ataque fue interrumpido por una amiga de la joven que, extrañada por su tardanza en regresar, se acercó para ver si le había pasado algo y entonces sorprendió a Enrique M. G., momento que aprovechó la chica para zafarse del hombre y salir corriendo. La amiga también presenció cómo el acusado, visiblemente nervioso, se subía la cremallera del pantalón y se marchaba de forma precipitada. Tras denunciar los hechos, la Policía tomó muestras biológicas a la joven y los análisis revelaron la presencia del ADN del acusado.


A consecuencia de la agresión, la denunciante sufrió contusiones en un ojo, en ambos brazos y antebrazos, excoriaciones en los dos talones, así como en una rodilla y en un muslo y eritemas en la zona cervical. Además, tuvo que someterse a tratamiento para evitar un posible contagio de alguna enfermedad sexual. Por estas lesiones, la Fiscalía reclama al acusado 210 euros –ya que solo necesitaron una cura– además de 5.000 euros por los daños morales causados. La acusación particular, a cargo del letrado Antonio José Muñoz, solicitó una indemnización de 8.000 euros. La letrada defensora, Rebeca Santamalia, reclamó la absolución o, alternativamente, la pena mínima por abusos.

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