La iglesia de San Miguel de Tarazona, gran trampantojo de fortaleza

El templo muestra parte de unas singulares pinturas que recrearon interiormente un conjunto fortificado, y que fueron descubiertas en los últimos trabajos de restauración.

Comenzó siendo en origen mezquita, pasó a acoger el culto cristiano en el siglo XIII, y los distintos avatares de la historia hicieron que la iglesia de San Miguel Arcángel de Tarazona sufriese restauraciones, modificaciones y cambios ornamentales, renglones de su devenir que los trabajos de rehabilitación llevados a cabo a lo largo de los últimos años dejan ahora leer en sus muros y paramentos.


Y en estos trabajos para desencriptar sus momentos históricos y recuperar sus elementos han salido a la luz algunas curiosidades, como las singulares pinturas que vienen a demostrar que en el siglo XVI prácticamente la totalidad del interior del templo estuvo decorado simulando una fortaleza, como elemento alusivo a la propia advocación de San Miguel.


Ya en el año 2013, dentro de la intervención de restauración de la Portada de la Bendición situada en el muro norte, se descubrió, de forma casual, una decoración mural en su embocadura interior, que después se ha visto que se extendía por en el interior del templo en forma de un gran trampantojo. Se trata de una original decoración policromada en rojo, ocre y negro que simulaba unos muros a base de grandes sillares almohadillados coronados por almenas y rematados por un friso en forma de ramas de árboles, lo que se interpreta como la recreación de bosques y vegetación extramuros de esta fortaleza imaginaria. Las numerosas catas realizadas en el curso de estos trabajos revelaron la continuación de esta decoración en los muros de la iglesia y el sotocoro. “En su momento sería muy llamativa, muy vistosa", explica Mercedes Núñez, restauradora de la empresa Albarium, que ha realizado los trabajos, quien apunta que se trata de una pintura "sencilla técnicamente, no se entretiene a hacer una simetría perfecta de las líneas, pero es una pintura decorativa bastante original, hasta la fecha no nos hemos encontrado una pintura de estas características, pero no quiere decir que no exista”.


El templo de San Miguel Arcángel sufrió graves daños en el siglo XIV durante la llamada Guerra de los Pedros, que enfrentó a Pedro IV ‘el Ceremonioso’ de Aragón con Pedro I ‘el Cruel’ de Castilla. Posteriormente fue rehabilitado, pero en la segunda década del siglo XVI un incendio obligó a construirlo de nuevo, y se cree que fue en esta coyuntura cuando se opta por este programa pictórico. "Lo asociamos a San Miguel Arcángel, como mano armada de Dios, el que derrota al demonio, es ver la iglesia como fortaleza de San Miguel por su carácter guerrero", explica Núñez, aunque serán futuros trabajos historiográficos los que se ocupen más a fondo de este 'trompe-l’oeil'.Retablo mural

Pero los trabajos permiten ahora intuir la evolución decorativa del templo a lo largo de los siglos, puesto que también se ha descubierto una grisalla en la portada sur, posterior a este programa pictórico.


También un curioso fragmento de pintura que representa un pequeño retablo con sus arquitecturas, con tres calles separadas por sus pilastrillas, de gran interés por su calidad y originalidad, y por ser de los únicos vestigios, junto con el Pórtico de la Bendición y la torre, que quedan del edificio medieval. Concretamente sería el único resto decorativo, descubierto hasta la fecha, de la fase constructiva que va de la Guerra de los Pedros al incendio del siglo XVI.


Estos trabajos finalizaron a finales del pasado año, y además de la consolidación, limpieza, reintegración y protección de estas decoraciones, se llevaron a cabo otras actuaciones de limpieza y pintado, reparación de grietas, eliminación de humedades, recuperación de algunas ventanas que estaban cegadas y renovación de la instalación eléctrica. Los trabajos fueron financiados a través de un convenio entre DPZ, Ayuntamiento y Obispado por valor de 95.520 euros.


En la iglesia de San Miguel Arcángel destaca su retablo, considerado como una de las obras maestras del Renacimiento en Tarazona y restaurado en 2010 por la Fundación Tarazona Monumental, y la Portada de la Bendición, la única portada de estas características que quedan en la localidad y que se consiguió sacar a la luz después de llevar más de 50 años oculta. El templo puede contemplarse dentro del programa de visitas que gestiona la Fundación Tarazona Monumental.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión