El Consistorio de Sádaba reabrirá la hospedería

El Ayuntamiento de Sádaba saca a concurso la gestión de la hospedería que se encuentra cerrada al público desde la marcha de su último gerente en 2010. El Consistorio pretende atraer turismo, combatir la despoblación y el desempleo, y ampliar la oferta cultural. "Hemos acordado establecer un canon anual de carácter simbólico (1.500 euros) porque valoramos prioritariamente otros aspectos como la conservación del edificio y el desarrollo de un proyecto cultural", explica el alcalde, Santos Navarro.

Las bases de la licitación destacan que el adjudicatario asume la conservación del inmueble tras el parón de los últimos años. Dado que la inversión necesaria se estima en 70.000 euros, "se establece una concesión por diez años con tres prórrogas de cinco (25 años en total), porque queremos que la adjudicataria tenga tiempo para obtener beneficios". El proyecto de gestión debe abarcar aspectos como la promoción y difusión de la hospedería "para dinamizar el turismo". En pocas semanas el Ayuntamiento iniciará las obras para ubicar una sala de exposiciones en el castillo de la localidad y este espacio vertebrará la puesta en marcha de un programa de actividades en torno al arte contemporáneo. "Contamos con un buen complejo deportivo y en Sádaba se organizan competición de gran calado que precisan de una adecuada infraestructura hostelera", dice el edil.

A pesar del cierre al público, la hospedería acoge desde octubre de 2012 el comedor escolar para los alumnos del colegio agrupado Los Bañales. La avenida del Riguel arrasó entonces 500 metros cuadrados de las instalaciones del centro educativo. "El Ayuntamiento se compromete con el concesionario a que el comedor que usan los niños quede libre a final de curso porque contamos con que el Educación inicie las obras para devolver lo perdido en la riada", detalla Navarro. La hospedería de Sádaba abrió sus puertas en 2000 en la denominada Casa Cortés, un edificio histórico del siglo XIII. Cuenta con 20 habitaciones, bar-cafetería con terraza, salón de convenciones y restaurante. Su rehabilitación conservó los portalones, un depósito en piedra, las escalinatas y una prensa para vino.