hipólito gómez de las roces

"Es vergonzoso que algunos políticos intimiden al obispo Piris"

El ex presidente de Aragón (PAR) ve la sentencia civil de los bienes como "un paso importante".

Gómez de las Roces, en su despacho de Zaragoza.
"Es vergonzoso que algunos políticos intimiden al obispo Piris"
JOSé MIGUEL MARCO

¿La sentencia emitida por la juez de Lérida, que ratifica que Barbastro-Monzón es propietario de los bienes, es un paso definitivo para resolución del litigio?

Es cuando menos un paso importante aunque la sentencia es apelable (los Amigos del Museo ya han anunciado que recurrirán). Ahora depende de lo que ocurra en la segunda instancia. En todo caso, es la primera resolución sobre la materia emitida por un tribunal civil español y sobre el fondo controvertido. Desde luego, los fundamentos de esta sentencia me parecen firmes y difíciles de desvirtuar.

Esta es la primera resolución de un tribunal civil, pero antes ya ha habido muchos pronunciamientos firmes por parte de la Iglesia que no han dado frutos.

No es que no hayan dado resultado, es que alguien se resiste a entender que el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica ha resuelto firme y definitivamente el asunto. Su sentencia de 2007 -que ordenaba la devolución inmediata de las piezas- tendría que estar cumplidísima. Pero ahora estamos ante una incidencia distinta, que es que la asociación de Amigos del Museo, ya sea por iniciativa propia o por encargo de alguna autoridad o institución civil, ha intentado lograr algo a mi juicio muy difícil, por no decir imposible: obligar judicialmente al obispado de Lérida a reconocer lo que nunca ha reconocido, que los bienes sean suyos. A nadie se le puede forzar a que se declare dueño de algo que sabe que no le pertenece, y menos pretenderlo de una institución de la Iglesia, obligada a decir la verdad. La actitud de la Iglesia ha sido invariable y ejemplar, y no es fácil.

Habrá habido muchas presiones y muchas dificultades en el camino...

Sí, se pueden presumir.

¿No cree que pese a esta nueva 'victoria' persiste en la sociedad aragonesa una sensación de hartazgo y de escepticismo por tantos incumplimientos?

Sí, claro que la hay, y hasta un poco de recelo acerca de que pueda dejar de cumplirse lo que los tribunales han dispuesto. A nuestro juicio, la cosa está muy clara. El obispado de Barbastro-Monzón ha probado que los bienes pertenecen a esta diócesis y la de Lérida no ha podido demostrar nada que le favorezca. Hablan no sé si de 40 o de 400 kilos de documentos y se quejan de que no fueron admitidos a prueba, pero no dicen por qué. No se tuvieron en cuenta porque carecen de cualquier eficacia probatoria en juicio y eso lo sabe cualquiera que haya estudiado este asunto. Por otra parte, las pruebas no suelen ser cuestión de kilos.

Usted comenzó a defender los intereses del obispado de Barbastro en 2008, a raíz de la demanda de los Amigos del Museo. En este tiempo, ¿cree que ha habido algún momento más favorable que el actual para lograr la devolución, o ahora estamos más cerca que nunca?

Pienso que estamos más próximos al final y me gustaría acertar. Desde luego, tengo la firme convicción de que veremos esos bienes expuestos en el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, y además lo considero justo.

¿Y se atreve a poner un plazo?

No, nunca. Desearía que fuese pronto, como digo, pero hasta la Justicia requiere una larga paciencia. Depende sobre todo de la buena voluntad y el respeto al derecho, básicamente al ajeno, de cada una de las partes implicadas, y todas saben de qué lado está la razón.

Si la sentencia firme ratifica la propiedad aragonesa, ¿pedirá su ejecución inmediata?

Naturalmente la finalidad de todo este proceso es obtener la restitución de los bienes y tenerlos expuestos en Barbastro, pero creo que es prematuro hablar ahora de la ejecución. Una cosa sería que el obispado de Lérida y quienes ahora le presionan decidan voluntariamente la entrega y otra que las obras tengan que regresar por vía judicial o gubernativa.

Los expertos han apuntado varias posibilidades para lograr la entrega efectiva de las piezas, ¿por cuál apuesta usted?

Reitero que la solución puede llegar por la vía de la voluntad episcopal si Lérida decidiera entregar sin más los bienes, por vía judicial e incluso por vía gubernativa, como ocurrió con los papeles de Salamanca. En este último caso, se prescindió de la vía judicial y se recurrió directamente a la fuerza pública. Pero la solución más deseable siempre será la más pacífica.

Pero aquí ya parece difícil lograr una devolución "pacífica".

Sí, aunque yo aún confío en la acción política que lo apacigüe todo. Hay tres administraciones implicadas, por acción u omisión, en la entrega de los bienes: la Generalitat, la DGA y el Gobierno central. Las tres están regidas por el PSOE, y bastaría que este partido lo quisiera y tuviera el valor preciso para que esos bienes se devolvieran de forma inmediata, porque en tal caso, es prácticamente seguro que el obispado los entregaría.

En estos dos años que lleva trabajando en este caso, ¿ha cambiado la visión que tenía del litigio o se ha reafirmado en sus opiniones?

Mantengo básicamente la misma visión. Mucho antes de tener el honor de defender a la diócesis de Barbastro-Monzón ya dije que si decide Roma, como ha hecho, el pleito se acabó, porque es un litigio entre entidades religiosas, sobre temas religiosos y acerca de bienes religiosos.

En este tiempo habrá hablado mucho con el obispo barbastrense, Alfonso Milián. ¿Qué sensaciones le transmite?

Sus funciones como obispo son básicamente las pastorales, pero reconozco su preocupación leal y sincera por este problema y sé cómo se conmovió cuando le comuniqué la sentencia. Me consta su deseo de que esto acabe sin ruptura alguna con su hermano de Lérida, y supongo que al obispo Piris le pasa algo parecido. Ambos se respetan y tienen que pedir a su gente que nadie extreme las cosas.

¿Cómo valora la actitud del obispado de Lérida durante todo el proceso? Porque dice que acata todas las sentencias pero ante los tribunales se proclama propietario de las obras?

Veo también a Joan Piris con unas ansias grandes de acabar con este asunto, pero no le dejan, esa es la verdad. Deseo comprender su actitud y me parece vergonzoso que se le trate de intimidar o se le intimide desde algunas instituciones civiles de Cataluña. Le ponen en un disparadero porque ninguna intimidación podría sobreponerse definitivamente a la obediencia que debe al Papa. Ahora ha dicho que no se adherirá al recurso, y con ello demuestra conformidad con la sentencia frente a la actitud del colectivo que trata de "protegerle". Eso es muy significativo.

Queda clara su postura sobre las instituciones civiles de la Comunidad vecina.

Opino que hay que emplear idéntico criterio a la hora de abordar idénticos problemas, con independencia de quién resulte beneficiario esta vez y quién lo fue en ocasión anterior. Si el que antes salió beneficiado se molesta por que ahora no se le dé la razón, entiendo que no estaría hablando en derecho, sino con arbitrariedad.

En la vista oral del juicio en Lérida, parte del público le abucheó en varias ocasiones y la juez tuvo que salir en su defensa. ¿Qué sintió? ¿Le había pasado algo parecido antes en una sala de vistas?

No, nunca, y me fue a pasar en Lérida, ciudad donde viví cuatro años y por la que guardo un cariño que siempre conservaré. Aquella incidencia es olvidable y tampoco debo atribuir al pueblo leridano un gesto espontáneo que hizo un grupo al que respeto sin más. Fue un momento duro, pero hay que asumirlo sin rencor. Yo estaba informando a la juez y seguí sin ni siquiera volverme, ¿para qué?